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Marcha internacional de trabajadoras rurales en Brasilia
 
Periódico La Jornada
Jueves 15 de agosto de 2019, p. 23

Río de Janeiro. Miles de trabajadoras rurales de Brasil y de otros países salieron ayer a las calles de la capital para protestar y exigir mejores condiciones laborales en el campo. También manifestaron su desaprobación al desempeño del presidente neofascista Jair Bolsonaro.

Las trabajadoras y líderes sindicales se congregaron en Brasilia, con carteles de repudio al gobernante y gritando consignas sobre varios temas importantes de su agenda, desde una reforma agraria hasta una mejor representación en la sociedad y en la política, así como derechos para las mujeres.

Queremos que el gobierno tenga piedad y haga la reforma agraria original, para la clase trabajadora que quiere un pedazo de tierra en el cual trabajar, y criar a sus hijos y nietos, manifestó Maria da Graca Correira, quien viajó desde el estado norteño de Pará para asistir a la marcha Margaridas.

Maria Lucineide Barbosa, también del estado de Pará, alegó que las mujeres del campo deberían de recibir más por su duro y, a veces, peligroso trabajo. Trabajamos de sol a sol, de lluvia a lluvia, sólo para poder llevar comida a la mesa, señaló.

El movimiento comenzó en 2000 y organizan las movilizaciones cada cierto tiempo. Toma su nombre, Margaridas, de la lideresa de un sindicato de trabajadoras rurales que fue asesinada a mediados de la década de los 80 por su activismo en defensa de los derechos de los trabajadores del campo brasileños.

Algunos líderes que asistieron a la marcha de ayer eran de Centroamérica, África y Europa, comentaron los organizadores.

Muchos de los manifestantes expresaron su desacuerdo con Bolsonaro, quien durante años ha sido criticado por hacer comentarios sexistas y racistas, además de expresar nostalgia por la dictadura militar.

En otro orden, ocho cadáveres fueron encontrados en lo que parece ser una fosa clandestina en los suburbios de Río de Janeiro, informaron ayer las autoridades. Bolsonaro se ha comprometido a combatir la epidemia de la violencia.