Informe comparativo del coneval 2008-2018
Ese sector de la población carece de ingresos necesarios para comprar alimentos, bienes y servicios
Martes 6 de agosto de 2019, p. 7
En México cuatro de cada 10 personas viven en situación de pobreza. Esto significa que 41.9 por ciento de la población (52.4 millones) carece de ingresos para adquirir la canasta alimentaria, los bienes y servicios que requieren en su vida cotidiana –como vestido o transporte– y sufre de al menos una carencia social. En contraste, tan sólo dos de cada 10 (21.9 por ciento) cuentan con recursos para comprar alimentos y tiene cubiertos todos sus satisfactores.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señaló lo anterior al presentar la medición de la pobreza 2008-2018; durante ese periodo –cuatro años del gobierno de Felipe Calderón y los demás del sexenio de Enrique Peña Nieto– se estancó la reducción.
La pobreza pasó de 44.4 por ciento en 2008 a 41.9 en 2018, pero en números absolutos –por el crecimiento poblacional– aumentó de 49.5 millones de personas a 52.4 millones. Del total de población, 7.4 por ciento (9.3 millones) vive en pobreza extrema, mientras que hace 10 años era 11 por ciento (12.3 millones), informó José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Coneval en conferencia de prensa, acompañado por los seis consejeros del organismo para presentar por primera vez la medición de una década.
La situación se agrava si sólo se toma en cuenta el ingreso, ya que se encontró que cinco de 10 personas están por debajo de la línea de bienestar (sus recursos familiares son menores a 12 mil pesos mensuales), por lo que no pueden adquirir la canasta alimentaria ni pagar sus gastos cotidianos.
Se trata de 48.8 por ciento de la población (61.1 millones de personas) en 2018, mientras que en 2008 era 49 por ciento, indicó Nabor Cruz. Detalló que la situación es peor para 21 millones de personas –16.8 por ciento, mismo porcentaje de hace una década–, pues aunque destinen todos sus recursos para la canasta alimentaria, no la pueden adquirir.
En lo que se refiere al sexenio pasado, la población en situación de pobreza pasó de 45.5 por ciento (53.3 millones) en 2012 a 41.9 (52.4 millones) en 2018; tan sólo entre 2016 y 2018 hubo una disminución de un millón de personas. En los seis años la condición extrema pasó de 9.8 por ciento (11.5 millones) a 7.4 (9.3 millones).
El funcionario detalló que la población que no es pobre y cubre todos sus derechos sociales suma 21.9 por ciento (27.4 millones), la cual creció, ya que en 2008 era 18.7 por ciento. La carencia alimentaria prácticamente no ha variado, ya que pasó de 21.7 a 20.4 en esa década y el acceso a la seguridad social aún es mayor, aunque fue de 65 por ciento a 57.3, lo cual significa 71.7 millones.
En cuanto a educación, el rezago disminuyó en esos 10 años, al pasar de 21.9 por ciento a 16.9; el acceso a servicios de salud tuvo una drástica caída, de 38.4 a 16.2 por ciento, sobre todo por el Seguro Popular, consideraron los consejeros. En cuanto a la carencia de calidad y espacios de la vivienda, pasó de 17.7 a 11.1 por ciento y el acceso a los servicios se redujo de 22.9 a 19.8 por ciento.
El informe menciona que la pobreza en zonas rurales en 2018 fue de 55.3 por ciento contra 37.6 de las zonas urbanas. La medición considera seis carencias sociales (acceso a salud, alimentación, educación, espacios en la vivienda, servicios y seguridad) y el ingreso. Una persona está en dentro de esa situación si tiene al menos una carencia social y su ingreso es menor al costo de la canasta alimentaria y no alimentaria. A partir de tres privaciones y un ingreso por debajo de la línea de bienestar mínimo (el costo de la canasta alimentaria) se halla en pobreza extrema.