Martes 6 de agosto de 2019, p. a11
Lima. Dos hermanos venezolanos tenían un deseo: volverse a ver a una final de esgrima. Rubén Limardo, de 34 años, y Jesús, de 23, llegaron a Lima con el sueño de pelear por el oro. Quizá son las últimas justas para Rubén, campeón en espada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, por dolencias en las rodillas. Para Jesús, en cambio, es el inicio de un ciclo que espera lo lleve al podio en Tokio. Ambos cumplieron con sus deseos y disputaron la final. El más experimentado ganó la presea dorada.