En el periodo abril-junio de 2019, las empresas productivas del Estado tuvieron comportamientos contrastantes en sus gastos.

En el segundo trimestre del año, Petróleos Mexicanos (Pemex), compañía que será fundamental para retomar el desarrollo económico, registró una contracción de 38 mil 299 millones de pesos en su gasto neto total, revelan informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y de la empresa.

Por el contrario, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) observó en el mismo periodo un aumento en su gasto de 26 mil 559 millones de pesos, asociado con los mayores precios de combustibles requeridos para la generación de electricidad.

De esta manera, en el primer semestre del año Pemex contabiliza un gasto neto de 192 mil 600.6 millones de pesos, lo cual significa una baja de 3.1 por ciento en relación con el mismo periodo del año anterior.

En tanto, en la CFE, pese al aumento de 26 mil 559 millones de pesos en su gasto durante el segundo trimestre, de manera acumulada en el primer semestre reporta una contracción de 6.1 por ciento para ubicarlo en 232 mil 569 millones.

La carga fiscal

A la baja en el gasto e inversión de la petrolera se suma la elevada carga fiscal que tributa y constituye el problema estructural más grave que enfrenta la empresa productiva del Estado.

La reducida inversión en exploración y producción derivó también en una significativa disminución en el número de pozos de desarrollo perforados, a grado tal que, después de haberse explorado alrededor de mil 200 en 2012, solamente se trabajaron 55 en 2017 y 143 en 2018.

En el lapso 2001-2018 Pemex comenzó el desarrollo, en promedio, de menos de tres campos por año. Se llegó al extremo de que en los pasados tres años no comenzó ningún nuevo desarrollo.

A pesar de sus bajos costos de operación y su generación de rentabilidad, Pemex registra balances financieros negativos, derivados del régimen fiscal al que está sujeto, lo cual la coloca como una de las empresas más gravadas de la industria petrolera internacional.