Contrario a los discursos antimigrantes en Estados Unidos, los trabajadores de origen mexicano no desplazan laboralmente a nadie y son necesarios para la economía en el país vecino del norte, de acuerdo con el Mexa Institute.

En un reporte esta organización, presidida por el estudioso de las comunidades mexicanas en Estados Unidos, Jorge Santibáñez, da a conocer que desde hace décadas ha disminuido la población blanca no hispana en edad laboral; es decir, la que está entre los 25 y 54 años.

Este instituto destaca que los blancos no hispanos son considerablemente mayores, pues tienen en promedio 44 años. En tanto, los de origen mexicano, 38 años.

Esta diferencia etaria permite argumentar que la mano de obra mexicana es joven y será cada vez más importante en el mercado laboral, se lee en el documento.

A su vez se expone que, de acuerdo con los datos más recientes de la Oficina del Censo en Estados Unidos, hay 150 millones de personas ocupadas, de las cuales 66 por ciento son blancos no hispanos; 16 de cada 100 son hispanos; entre éstos, 15.2 millones son mexicanos; 10 por ciento son afroamericanos; y 6 de cada 100 de origen asiático.

La investigación precisa que existen nichos del mercado laboral que reciben mano de obra mexicana y donde no se desplaza a trabajadores nativos, pues son empleos que no son buscados por los blancos no hispanos. Actividades necesarias para toda economía.

Mexa Institute exhibe en paralelo las principales problemáticas de los asalariados de origen mexicano la cual incluye retos en materia de salud, documentación, certificación de competencias y de derechos laborales. De acuerdo con estimaciones citadas por este instituto, 16.2 por ciento de la población de origen mexicano no cuenta con seguro de salud, en comparación con 6.7 por ciento de los blancos no hispanos.

Un 12 por ciento de la fuerza laboral en el país del norte trabaja de manera no autorizada. En tanto, se advierte que 14.1 por ciento de los asalariados mexicanos vive por debajo de la línea de pobreza en el país vecino. Ante ello, esta organización recomienda dotar de mayor estabilidad tanto a trabajadores como a los patrones para beneficiar a la sociedad en su conjunto. Para ello se requieren acciones y programas específicos y focalizados. Ejemplo de lo anterior sería la implementación de jornadas de salud vía organizaciones de la sociedad civil, programas específicos de asesoría migratoria con horarios flexibles, así como educación para adultos, capacitación en el trabajo y certificación de competencias.