Durante la presentación de su más reciente libro, Basura, apenas el jueves 18 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el fotógrafo Eniac Martínez Ulloa expresó: ‘‘Cada proyecto que he realizado ha cambiado de una u otra manera mi forma de ser”.

En ese trabajo visualiza un mundo que bien podría ser pre, aunque también, posapocalíptico. Los tres ejes ‘‘salpicados” a lo largo de la publicación tienen que ver con el por qué de la producción de la basura, el relleno sanitario y el reciclaje.

‘‘No sé si el tema te elige a ti o como fotógrafo tú lo eliges. Además, un tema te lleva al otro como me pasó con Ríos que me condujo directamente a Basura”, obra publicada por Editorial Elefanta, sopesó Martínez.

Desde que Martínez empezó a fotografiar de muy chico, se dio cuenta de que ‘‘la mejor manera de presentar el trabajo era mediante un tema determinado y no imágenes sueltas”.

En el texto Tengo en mis manos un libro, el fotógrafo Antonio Turok aborda la obsesión de Eniac Martínez por ‘‘emprender este viaje dantesco en el que la naturaleza se asfixia entre cerros de basura y pepenadores que deambulan entre el lodo y la mierda”. Es decir, ‘‘¿por qué algunos fotógrafos se obsesionan con tomar imágenes en situaciones difíciles o a veces de extremo peligro?”

Continuó: ‘‘En el género de la fotografía existen varias vertientes. La de Eniac es la de crear un mapa de su época, lo que le tocó vivir. Lo que sólo va a suceder una vez en la historia. Debemos aplaudir que se trata de un hombre del momento decisivo, que tuvo la sensibilidad de retratar lo que se le apareciera de frente, no siempre agradable a la vista y casi de seguro lleno de un drama en el que la mayoría de los seres humanos no participa. Pero él nos reta, nos confronta y nos hace partícipes, nos obliga a voltear a ver, a tomar partido.”

Lo que a Turok le quedó claro con ‘‘estas bellas fotografías de Eniac” es ‘‘su profundo compromiso con la profesión. Cada una de las tomas está perfectamente realizada: composición, luz, sombra, y si a eso le agregamos el contenido, estamos ante una obra de arte”.

El académico, crítico y promotor de la fotografía Óscar Colorado Nates aseguró que el trabajo de Martínez es muy valiente porque ‘‘afronta eso a lo que queremos dar la espalda”. En Basura el fotógrafo va ‘‘más allá del cliché, evita lo facilón, no se queda en lo anecdótico”.

Eniac, siguió Colorado, va de la reflexión a la observación de ‘‘eso que nos negamos a ver y empieza a cuestionar. ¿Qué cuestiona? El mito, herencia del modernismo, acerca del objeto bello. Tiene el mérito de hacer una fotografía poderosa de un sujeto horroroso y que, además, nos hace pensar”.

Eduardo Vázquez Martín, coordinador ejecutivo de San Ildefonso y quien moderó el acto, dijo de Basura: ‘‘Es un ejercicio fotográfico que es una lectura crítica, radical, contundente por un momento desoladora. Aunque quizá en el fondo de esa desolación anida la esperanza de Eniac como fotógrafo profundamente valiente”. Martínez, añadió, ‘‘me obligó a ver con sus ojos, a poner atención allí donde no queremos ver, sino olvidar, y salió un poema”. Al final Vázquez leyó Pepena, que acompaña el ensayo fotográfico de Martínez.