Viernes 26 de julio de 2019, p. 17
La Universidad del Claustro de Sor Juana fue visionaria
al crear la licenciatura de derechos humanos y gestión de paz, con la cual se han formado varias generaciones de especialistas en la materia, más allá de una visión apegada al derecho.
Al iniciar los festejos por la primera década de esta carrera, el fundador de la misma, Paolo Pagliai, indicó que en un contexto como el actual, con grave crisis de derechos humanos en el país, es fundamental contar con profesionales en la materia que gestionen estrategias para alcanzar la paz y el bienestar.
El país es un desastre: 95 asesinatos diarios, lo que es algo así como 2 mil 700 mensuales, el ritmo que tenemos ahora no lo habíamos tenido nunca. En términos reales no sabemos cuántos muertos tenemos algunos hablan de 120 mil, otros de 280 mil, pero más allá de números, son personas. Además, hay un número enorme de desaparecidos, infinidad de violaciones a los derechos, problemas de formación en las fuerzas de seguridad: necesitamos empezar a hablar de un ejercicio de la fuerza desde los derechos humanos
.
Una década de esfuerzos
En entrevista, el experto recordó que hace 10 años se enfrentaron muchos obstáculos para poner en marcha la licenciatura. Había más voces en contra que a favor. Nos decían que era inútil, que formaríamos activistas, gente que marchaba. Pero no veían lo que nosotros: que el perfil de nuestros alumnos era ese, los que acudían a las marchas no era necesario formarlos para marchar. Además, en nuestra carrera les enseñamos a marchar bien, con teorías y técnicas de la no violencia y hasta cómo protegerse de los gases
.
Pagliai y el equipo que impulsó la carrera no dejaron de insistir. Era fundamental, afirmó, en aquel país que entraba a la crisis que hoy se vive: ya había violencia, la administración federal de entonces había declarado la guerra al narcotráfico, había presencia militar y criminalidad organizada en las calles, asesinatos en los retenes, desaparecidos.
Algo teníamos que hacer. Y nos dimos cuenta que no había formación a nivel licenciatura en derechos humanos. Se trataba de un área para abogados: un desastre, porque en nuestra visión en la materia no era un asunto exclusivo para el derecho. Faltaban profesionales en los derechos humanos que no fueran los que se necesitaban en un tribunal
.
El académico hace una reflexión: la universidad a pesar de ser privada, siempre debe tener una vocación pública, de lo contrario, no es universidad
. Y el Claustro de Sor Juana la tiene.