Altamira, Tamps., El estero Garrapata, en el cual se derramaron más de 162 mil litros de petróleo crudo procedentes de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) el pasado 16 de julio, es zona de refugio y anidación de especies endémicas, por lo que el percance causó un severo impacto a la fauna y a la flora, en particular al mangle rojo, una especie que exige mucho cuidado, dio a conocer el biólogo Francisco Illescas, director de ecología del ayuntamiento de Altamira, quien previó que los trabajos de saneamiento se extenderán hasta el invierno.

El accidente ocurrió en el kilómetro 25 del oleoducto Madero-Cadereyta la tarde del 16 de julio y Pemex lo controló esa noche.

La empresa productiva del Estado informó que ha recogido 200 mil litros de agua mezclada con hidrocarburos y no ha calculado el volumen de petróleo recuperado.

Los manglares, agregó, son área de anidación de aves, cocodrilos y tortugas.

El estero Garrapata se vio en peligro cuando se creó el puerto industrial de Altamira, a mediados de la década de 1980. La llegada de empresas termoeléctricas propiciaron que se recuperara, pero el reciente derrame rompió las cadenas alimentarias de varias especies.

En los casi dos años de administración de la alcaldesa panista Alma Laura Amparán Cruz (esposa del priísta Juvenal Hernández Llanos, presidente municipal de Altamira de 2005 a 2007) han ocurrido seis derrames similares en el municipio, por el cual pasan numerosos ductos de Pemex. Illescas aseguró que las autoridades locales “están al pendiente de esta situación.

“De todos los derrames que ha habido, éste es el primero en que Pemex ha actuado de manera pronta con los recursos necesarios para sanear la zona. Es algo sin precedente porque regularmente los sitios quedaban con afectaciones. Lo que nos corresponde a nosotros (el ayuntamiento) es ser facilitadores en la medida de nuestras posibilidades.

Recordemos que los hidrocarburos son competencia de la Profepa (Procuraduría Federal de Medio Ambiente) y la ASEA (Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente); entonces deberán ocuparse en primera instancia; sin embargo, eso no nos obliga a observar que se hagan las cosas como se debe, subrayó.

Aunque actualmente no hay aves migratorias en el estero, buscan refugio y alimento en otoño e invierno. Ahora es temporada de anidación de garzas y en septiembre comenzarán a llegar aves en busca de alimento en las marismas .

Lo que pudiera pasar si no hemos terminado los trabajos de saneamiento es que las aves que lleguen no encuentren alimento. Sin embargo, es muy poco probable, puntualizó Illescas.