En visitas de inspección a gasolineras, como parte de la política de combate al robo de combustibles, verificadores de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco)sufrieron levantones y una vez liberados renunciaron, lo que obligó a la dependencia a contratar ex policías.

Llevaron a pasear a algunos que no se imaginaban ver a una persona armada, encapuchada y renunciaron, informó su titular, Ricardo Sheffield Padilla, a la Comisión de Transparencia y Anticorrupción en la Cámara de Diputados.

Explicó que esa situación le permitió darse cuenta que requería personas con un perfil diferente al que me hubiera imaginado, particularmente en el tema de gasolina.

Como alcalde de León, Guanajuato (2009-2012), conoció a policías a quienes impulsó a concluir una carrera y algunos comandantes se licenciaron en derecho. Por eso, la encargada de la política de inspección a estaciones de servicio es una ex policía, abogada, bragada, calada y bien preparada. Es muy diferente verificar un Walmart que gasolineras en Tierra Caliente.

Aclaró a los legisladores que los nuevos verificadores no portan armas porque su función no es de seguridad, pero son abogados que eran policías de campo, con experiencia práctica. Su perfil es porque saben reaccionar ante situaciones que no debieran y que todavía se presentan. Yo sí me asusto. Y sí corro al baño, porque no me doy cuenta si (el arma) tiene el seguro o no, si es de verdad o no. Pero ellos con sólo ver cómo se para el mono se percatan si sabe o no usar armas y si están cargadas o no.

Sheffield consideró que la hostilidad hacia verificadores podrá superarse en un año, porque la venta ilegal de combustible se ha reducido dramáticamente.