El plan de negocios de Petróleos Mexicanos (Pemex) no implica riesgos para la calificación crediticia de la empresa productiva del Estado; pero la estrategia presentada para incrementar la exploración y producción de hidrocarburos es arriesgada y pone a la petrolera en una situación casi monopólica para realizar dichas actividades, advirtió Standard & Poor’s.

En un reporte, la agencia calificadora de valores explicó que de forma fundamental, el plan descansa en tres pilares: mayores apoyos gubernamentales, aumentar las inversiones de capital y mantener una disciplina financiera.

“El proyecto contempla las perspectivas de negocio de Pemex hasta 2030, y reposiciona a la emblemática empresa en el epicentro del sector energético del país.

En nuestra opinión, bajo este plan, la política energética de México se revierte, pues retoma un rol cuasi-monopólico en el segmento de exploración y producción, mientras de manera paralela fortalece las actividades de refinación para buscar autosuficiencia energética.

Refirió que la empresa productiva del Estado está de nuevo detrás del volante, pero varios riesgos podrían surgir en el camino, aunque, si logra restaurar la salud de sus principales negocios, los resultados financieros mejorarían gradualmente.

No obtener los resultados esperados en forma rápida podría comprometer la sostenibilidad de la empresa antes del término de la actual administración, expuso la calificadora, y tildó el plan de negocios como una serie de supuestos optimistas que dejan poco margen de maniobra.

No se movió calificación

Destacó que no se movió la calificación que se tiene sobre la petrolera en el grado de inversión y ello se debe a que cuenta con el respaldo del gobierno federal, incluso extraordinario, ante un escenario de estrés financiero.

Esto se basa en nuestra evaluación del rol crítico que tiene Pemex para el gobierno mexicano, tanto desde el punto de vista económico como para la ejecución de la política energética del país, sostuvo.

No obstante, S&P consideró que la falta de continuidad de la política energética en México ha sido una constante desde hace varias décadas, lo que es el principal factor que ha impedido un avance sustancial de la industria petrolera en el país, al menos en los últimos 20 años.

Pensamos que la falta de continuidad en la política energética del país se vuelve a hacer evidente. Pemex está dando una vuelta en U al adoptar una estrategia que aumenta su exposición a los riesgos inherentes de la industria, y también vuelve a asumir importantes riesgos operativos, agregó.

Apuntó que la decisión del gobierno sobre diferir y limitar la participación del sector privado en el sector energético subestima el valor que otros participantes pueden aportar en términos de experiencia, tecnologías de punta, capacidad de gestión y capital financiero para acelerar inversiones.

Los incentivos bajo el esquema de los Contratos de Servicios Integrales de Exploración y Extracción no serán suficientes para capturar todas las ventajas que puede traer la participación del sector privado en el desarrollo de la industria. Por esa razón, consideramos que la estrategia es riesgosa, añadió la calificadora.