Lunes 22 de julio de 2019, p. 21
A corto plazo el Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos (Pemex) 2019-2023 tranquiliza, porque probablemente contribuirá a estabilizar la producción de crudo, pero es insuficiente para incrementarla de manera sostenida a mediano y largo. Además, implica una fuerte presión sobre las finanzas públicas
y no ataca con suficiente fuerza problemas evidentes de la empresa, aseveró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
Si el gobierno pretende alcanzar el superávit primario de uno por ciento en las finanzas públicas como se fijó para este año, debe compensar los recursos que aplicará a Pemex con mayores ingresos o menor gasto en otras áreas, sobre todo cuando ya se registran caídas en algunos rubros y resulta difícil
que los ahorros por la austeridad sean significativos, sostuvo.
Pese a que el plan también busca detener el endeudamiento de Pemex y mejorar su balance financiero con la inyección de recursos federales y la reducción de su carga fiscal, el organismo advirtió que se pierde la oportunidad de incluir con mayor decisión la inversión privada
, que proveería más recursos en lugar de usar deuda pública, así como tecnología y mejores prácticas de negocio.
El tiempo dirá si el nuevo modelo es efectivamente exitoso en elevar producción, reservas y eficiencia de la empresa
, señaló el Ceesp en alusión a que el Plan de Negocios pondera que se logrará recuperar la solidez financiera de Pemex y darle un impulso financiero en 2022 a partir de un modelo de gestión diferente, basado en la innovación, eficiencia y, sobre todo, sin corrupción.
El plan prevé una inversión de 14.1 mil millones de dólares para los próximos tres años, cuando anualmente se requieren 15 mil millones de dólares anuales durante varios años, para lograr elevar la producción y reservas petroleras.
Dado que el crecimiento de este año seguramente será menor al anticipado en los precriterios, la reducción en el gasto deberá ser mayor, aproximadamente 0.64 por ciento del producto interno bruto (PIB), suponiendo que finalmente la economía crecerá uno por ciento en 2019. Para el año próximo las perspectivas no apuntan a un crecimiento mucho mayor que el actual y, sin embargo, habrá que traspasar a Pemex recursos por alrededor de otro 0.4 o 0.5 por ciento del PIB
, calculó el Ceesp.
Es riesgoso, dijo, imponer una presión adicional al gasto público para rescatar a Pemex. Insistió en que ello puede evitarse con la participación del capital privado en la producción petrolera.