Domingo 21 de julio de 2019, p. 16
Recién egresados de la licenciatura y desempleados, Mauricio Gómez y Dayre Catzim estaban en la playa cuando tuvieron la idea de elaborar productos a base de sargazo.
Propietarios de la empresa Salgax, fabricante de abono y otros productos biotecnológicos derivados de esa alga, Gómez y Catzim, así como empleados de la compañía, la recolectan de manera manual en costas de Quintana Roo.
No es conveniente recoger el sargazo con equipo pesado, trascabos o camiones pesados, dice Mauricio Gómez, quien junto con Dayra Catzim fundó Salgax, firma con base en Mérida, Yucatán, que aprovecha la proliferación del sargazo en las costas del Caribe mexicano.
El alga es inofensiva, pero causa problema porque cantidades masivas llegan a las playas mexicanas, explica Gómez en entrevista. Salgax aprovecha los nutrientes para crear productos dirigidos a actividades como la agricultura, la cosmética, la jardinería y próximamente la ganadería. Además, fabrica pinturas, barnices y productos de papel. Todo con sargazo.
Gómez y Catzim son biólogos marinos, pero en sus comienzos en el mundo empresarial enfrentaron las dudas del mercado sobre sus productos.
Empezaron el negocio sin dinero. Después obtuvieron un premio en un concurso estatal de emprendedurismo, en Yucatán, que les sirvió para capacitarse. Una vez iniciada la empresa y con sus productos en mano, se lanzaron a la comercialización y ventas sin mayores resultados.
“Fue una maldición –dice Gómez–, porque nos decían que éramos jóvenes que no sabíamos nada de biotecnología, pese a que somos profesionistas, y dudaban de los resultados de los productos.”
El rumbo de Salgax cambió cuando asistieron a una expo relacionada con el campo y ahora cuenta con un socio importante que les permite comercializar sus productos y realizar nuevas inversiones.
Zapatos reciclables
Mario López y Jorge Castro fundaron Renovare, empresa que fabrica zapatos con botellas de plástico y sargazo en León, Guanajuato. Además, realiza acciones filantrópicas y se define como participante en una economía circular.
Un par de zapatos elaborados por Renovare contiene al menos 100 gramos de sargazo y evita que cinco botellas de plástico de 600 mililitros lleguen al mar, explica Jorge Castro, de 31 años, proveniente de una familia del sector calzado.
Nadie quería comercializar ese tipo de calzado ecológico, que es reciclable, pero hoy no paran los mensajes
y la empresa tiene solicitudes de compañías de Canadá, Estados Unidos, Alemania, Haití y República Dominicana, así como de Ciudad de México, Estado de México y Chihuahua, indica el directivo vía telefónica.
Los zapatos de Renovare nacieron con el objetivo de utilizar material desechable que causa problema ambiental, pues donde los demás empresarios observan un desastre ecológico la empresa ve una oportunidad de ayudar, expresa el directivo al ser consultado sobre la idea de conseguir sargazo para sus productos.
En un principio pocos creyeron en el proyecto por envidias o porque simplemente no existía la conciencia ecológica de reciclar los desechos plásticos, agrega Castro. Los productos son comprados básicamente por personas de nivel socioeconómico bajo.
Con el paso del tiempo, la compañía buscará incursionar en la elaboración de ropa deportiva con socios comerciales, agrega el directivo.
De acuerdo con la propia empresa, el plástico mata a 1.5 millones de animales y se desechan por minuto un millón de botellas de plástico en el mundo. Al año se producen 480 millones de botellas de plástico.
En México, cada 24 horas se desechan 21 millones y sólo se reciclan entre 25 y 30 por ciento anualmente. El resto termina en lagos y ríos.
Además del reciclaje y el uso del sargazo, Renovare destina 10 por ciento de las utilidades a fundaciones que limpian mares y océanos, con el fin de crear un centro de desarrollo ecológico y sustentable para que niños y jóvenes obtengan habilidades en favor del medio ambiente. Ese centro se construirá con materiales y desechos reutilizados.