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Intensifica Trump sus ataques racistas contra representantes demócratas
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▲ Las legisladoras estadunidenses demócratas Rashida Tlaib, Ilhan Omar, Alexandria Ocasio-Cortez y Ayanna Pressley realizaron una conferencia de prensa en el Capitolio, en Washington, para denunciar la agresiva campaña de Trump en su contra.Foto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 16 de julio de 2019, p. 25

Nueva York. Donald Trump redobló ayer su ataque racista contra cuatro representantes federales demócratas, acusándolas de que odian a Estados Unidos, lo cual incrementó la preocupación sobre los peligros y amenazas al país de lo que ya no pocos llaman –incluyendo a una de las legisladoras atacadas– un nacionalista blanco en la Casa Blanca.

Después de ser acusado de racismo y xenofobia por líderes demócrata, comentaristas, editorialistas, defensores de derechos civiles y otros, por escribir el domingo que representantes demócratas progresistas deberían regresarse a sus naciones y dejar de criticar al gobierno de este grandioso territorio (tres de las cuatro a las que se refería nacieron aquí, todas son ciudadanas), Trump, en lugar de guardar silencio, redobló este lunes el ataque.

En Twitter acusó que ellas eran las verdaderas racistas, advirtiendo que los demócratas pagarán el precio electoral si quieren unirse en torno del lenguaje malo y el odio racista de estas legisladoras.

Agregó poco después que son las diputadas de izquierda radical a quienes atacó las que deberían de disculparse, incluso con él. ¿Cuándo ofrecerán disculpas a nuestro país, al pueblo de Israel y hasta a la oficina del presidente, por las malas palabras que han usado, y las cosas horribles que han dicho? Mucha gente está enfurecida con ellas y sus acciones horribles y asquerosas.

Más tarde, fue aún mas lejos: Ellas (las cuatro legisladoras) son personas que, en mi opinión, odian a nuestro país, reiteró, y se enfocó en una en particular, la representante Ilhan Omar, acusándola de odiar a Israel y expresar amor por enemigos como Al Qaeda.

Poco después declaró, en declaraciones a medios en la Casa Blanca, que las críticas de que sus comentarios del domingo eran racistas “no me preocupan, porque mucha gente está de acuerdo conmigo; de hecho, a mucha gente le encantan…, y todo lo que estoy diciendo es, si se quieren largar, pueden largarse”. Luego subrayó: si no están contentas en Estados Unidos, si sólo se quejan todo el tiempo, muy sencillamente pueden irse, pueden irse ahora mismo.

La cúpula demócrata repudió los ataques contra algunas de las principales voces disidentes dentro de ese partido. La presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, anunció una resolución legislativa para reprobar formalmente las declaraciones, las cuales, escribió a su bancada mayoritaria, fueron aún más allá de sus propios niveles ya bajos usando lenguaje ignominioso contra miembros del Congreso.

Por su parte, las cuatro legisladoras realizaron una conferencia de prensa conjunta en el Capitolio, en la que acusaron que los ataques del presidente eran parte de su estrategia política. No le gustaría nada más que dividir a nuestro país con base en la raza, la religión, el género, la orientación o calidad migratoria, porque es la única manera que sabe para evitar la solidaridad entre nosotros, afirmó la representante Ilhan Omar, de Minnesota, y la única que migró a este país (de Somalia a los 12 años). Su colega Alexandra Ocasio-Cortez, de Nueva York, insistió en que el mensaje a todos es que no importa qué diga el presidente, este país te pertenece. Las otras dos –Rashida Tlaib nacida en EU de padres palestinos, y Ayanna Pressley, afroestadunidense– hicieron eco de esto, insistiendo en que ellas están presentes para representar a los que las eligieron con una agenda de cambio.

Cuando Trump ataca a personas de color para promover su agenda racista y fascista, tenemos el deber de llamarlo por su nombre. El presidente intenta destruir la diversidad del país. Mantener el silencio es ser cómplice de las políticas de intolerancia, división y odio, declaró el veterano representante demócrata Raúl Grijalva.

El senador y candidato presidencial Bernie Sanders afirmó: he dicho desde siempre que este presidente es un racista y un xenófobo, y ahora está comprobando el punto una vez más al girar su odio contra estas integrantes del Congreso.

Pero, por su parte, casi todos los republicanos guardaron silencio ante los ataques racistas y xenófobos del presidente. Sólo algunos se atrevieron a indicar que era desafortunado el lenguaje del presidente.

El senador Lindsey Graham, quien por un tiempo mantuvo distancia pero ahora es amigo del presidente (jugaron golf este fin de semana), aconsejó que Trump debería mirar más alto en un país diverso.

Trump y sus asesores no han ocultado que usarán a los migrantes y las divisiones raciales para sus objetivos electorales como en 2016, pero para la relección combinaron eso con una táctica antigua de la guerra fría: resucitar el fantasma del socialismo.

Por la noche, Trump tuiteó que los demócratas estaban intentando distanciarse de lo que llama las “cuatro progresistas, pero ahora han sido obligados a abrazarlas ¡Eso implica que están endosando al socialismo, el odio a Israel y a EU! No es bueno para los demócratas”.

Bienvenidos a la campaña de relección de Trump. No será bonito.