Desde la cumbre, EU puja por la paridad salarial
omingo saturado de futbol de alto nivel, pero ningún partido como la final del Mundial femenil Francia 2019, con el esplendoroso triunfo de Estados Unidos y un público entregado, rendido ante el talento de las jugadoras y, sobre todo, exigiendo a una sola voz en el estadio de Lyon –con Gianni Infantino presente– la paridad salarial entre hombres y mujeres en el deporte número uno del planeta.
El equipo de Alex Morgan y de la laureada Megan Rapinoe hizo efectivos los pronósticos al alzarse con su cuarto título, conquistado en un certamen cada vez más competitivo. Las estadunidenses, al más puro estilo europeo, hicieron un soberbio despliegue físico y táctico, con impresionante recuperación de balón. Holanda se quedó sin aliento y sólo tuvo a su favor el gran trabajo de la portera Sari van Veenendaal.
Si los federativos mexicanos quisieran trabajar en verdad por el futbol de mujeres, deberían proponer a Soccer United Marketing (SUM) contratos para la selección femenil tricolor, con la meta de hacerla progresar merced a partidos frecuentes ante el equipo tetracampeón del mundo. Seguramente con un adecuado impulso publicitario la afición de origen mexicano respondería de buena forma en las taquillas.
En Sudamérica, Brasil y Argentina fueron una pálida sombra y el VAR, utilizado por primera vez en la Copa América, demostró que está en pañales y que los silbantes requieren un curso intensivo. La Canariña, liberada del conflictivo Neymar, con todo y lapsos grises, pudo curar las heridas que le dejó el Mundial 2014 y se quedó con el título, disputado ante un agradable equipo de Perú. El expulsado Lionel Messi despotricó contra la Conmebol, pero sin duda sabe de qué habla.
Con fama de indisciplinado, Giovani dos Santos trepó de manera forzada al último tren dejando atrás una historia de frustraciones, de intentos de éxito que terminaron siempre en decepción. El jugador de privilegiada zurda que generó los máximos vaticinios tras el Mundial Sub-17 de Perú 2005 estaba arrinconado, entre la espada y la pared, y debió bajar drásticamente sus pretensiones para que el América le extendiera un contrato lleno de cláusulas condicionantes.
Tras 17 años fuera del país y su paso por equipos como el Tottenham Hotspur, Ipswich Town, Galatasaray, Racing de Santander, Mallorca, Villarreal y Galaxy de Los Ángeles, Gío, a los 30 años, está de regreso en el futbol mexicano. En 2015 provocó el enojo de Jesús Ramírez, su técnico Sub-17, pues claudicó al ideal de brillar en Europa y prefirió los dólares de la MLS, liga de menor exigencia, aunque tampoco ahí destacó.
El equipo angelino lo degradó en 2018, le quitó la etiqueta de jugador franquicia junto con su sueldo de 6.5 millones de dólares anuales. O se iba o aceptaba una reducción salarial del 75 por ciento. Optó por irse. Sin cartel ni laureles encauzó sus pasos a la deprimida Liga Mx, donde en diciembre nadie intentó contratarlo; pedía 4 millones de dólares y guardias de seguridad, quizá para sus escapadas nocturnas.
Siete meses de inactividad pusieron a Gío al borde de la desesperación hasta que el América, inicialmente desdeñoso, le lanzó un salvavidas. Antes, se deshizo de Oribe Peralta, y ya sin tener que pagar 2.7 millones de dólares al Hermoso, podrá erogar el salario de Dos Santos, quien pese a su inconsistencia, lesiones y gusto por la vida disipada, podría ganar 3 millones de dólares al año... El equipo de Coapa dilapida en Jérémy Ménez, Nicolás Castillo y ahora con Gío.
Las Águilas, solidarias, no quisieron dejar solas a las Chivas y se sumaron a la gira de derrotas por Estados Unidos. El Rebaño y América no pudieron ante Boca Juniors y River Plate en la llamada Colossus Cup; no importan los resultados, lo primordial es cosechar taquilla y de paso ganar ritmo de juego. Héctor Herrera por fin aterrizó en el Atlético de Madrid y está listo para arrancar la pretemporada, en tanto, Guillermo Ochoa, Chicharito Hernández e Hirving Lozano están por definir su futuro.