Miércoles 3 de julio de 2019, p. 8
Protagonizada por actores, quienes cantan, bailan y manipulan títeres, Avenida Q, el musical es una entretenida parodia del programa infantil Plaza Sésamo, pero con historias de la edad adulta, las cuales son un espejo de la realidad
.
El desempleo, la crisis, la doble moral, la falta de oportunidades, los secretos celosamente guardados, los sueños, las metas y las falsas amistades, así como temáticas sobre la homosexualidad, la pornografía, la política y hasta los pasionales juegos amorosos resurgen explícitos –entre canciones y música– en el colorido barrio.
Al vecindario llegó un nuevo habitante, Agustín, un joven graduado que descubrirá a nuevos amigos, como el Brian, un comediante sin empleo y su prometida, la terapeuta Cerezo en Flor; Nicky y su compañero de departamento Rod, empleado bancario con un secreto que lo carcome; además resurge un adicto a Internet y al porno
llamado Trekkie Monstruo, quien podría evocar la imagen del conocido Come Galletas o de cotidianos internautas que gustan de navegar ávidamente por el ciberespacio.
En la trama una sensual y exuberante cantante se convierte en rival de amores de una asistente de maestra de kindergarden llamada Kate, quien sufre por pasar a segundo término.
Pero en Avenida Q, el atractivo es que las marionetas parecen fundirse con los cuerpos de los actores, en una sincronía que permite integrar a personas y títeres para cantar, bailar y actuar.
Las marionetas que habitan el vecindario son de varios tipos, obra de Rick Lyon. El elenco lo integran Leo Bono, Majo Brunet, Bastian, Carlos Velasco, Natalia Moguel, Ana Luisa Martínez, Reene Sabina, Maripaz Herrera, Jorge Mejía, Manuel Bermúdez y Jorge Viñas.
Los inusuales personajes que forman parte de Avenida Q, dirigida por Álvaro Cerviño, se presentan miércoles y jueves a las 20:45 horas en el Teatro Milán, ubicado en Lucerna 64, colonia Juárez.