Manta Ray, los espíritus ausentes
a entrega hospitalaria. Manta Ray, los espíritus ausentes (2018), primer largometraje del tailandés Phuttiphong Aroonpheng, es la espléndida parábola del compromiso moral de un pescador arrepentido (Wanlop Rungkumjad), perseguidor de refugiados musulmanes provenientes de Birmania, conocidos como Rohingyas, quienes al incursionar en Tailandia llegan a ser exterminados masivamente. Desde los créditos iniciales, el realizador dedica la cinta a esa minoría étnica y religiosa hostigada y perseguida. En un estilo que combina escenas de realismo muy crudo con pasajes fantásticos en los que luces multicolores flotan en los confines de un bosque como alusión a las almas en pena de los refugiados sacrificados, el director procede a narrar la historia del pescador de mantarrayas y su descubrimiento del cuerpo de un rohingya agonizante, a quien rescata y le cura las heridas hasta volverlo a la vida laboriosamente y transformarlo en un compañero de trabajo inseparable.
La narración de Aroonpheng sorprende por su sobriedad y sencillez, ninguna ruptura de tono fuera del elemento fantástico, que se integra con toda naturalidad a la historia, altera la descripción de esa amistad viril en la que el antiguo perseguidor de minorías busca su propia redención moral a través de una hospitalidad devota. Con el fin de poner de relieve la fuerza dramática de esa reconciliación de figuras antagónicas, el refugiado es un ser mudo incapaz de expresar sus sentimientos y su perplejidad agradecida en un lenguaje diferente al de los gestos y al de una mirada elocuente y tierna. En una escena notable, los dos personajes responden cadenciosamente a la música en una habitación iluminada a la manera de una discoteca. Toda la emoción de la amistad y la empatía afectiva fluye de un cuerpo a otro como un ritual casi religioso. A esa comunión de las almas el director le reserva en el relato diversos contratiempos y sorpresas incómodos que muy poco cambian lo esencial de la intensa reconciliación afectiva. En una época de creciente recelo y odios hacia los flujos migratorios, Manta Ray, los espíritus ausentes se vuelve un alegato poético en favor de la solidaridad y la tolerancia. Una estupenda sorpresa en este Foro.
Se exhibe este domingo en la sala 1 de la Cineteca Nacional a las 12 y 17:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1