l norte de Alemania celebra una de las fiestas populares más importantes del país, ya calificado como el festival de verano más grande de Europa: la Kielerwoche, la semana de Kiel.

Desde mediados del siglo XIX lo que comenzara como una regata, una carrera de velocidad entre una veintena de embarcaciones se ha convertido en una celebración que atrae a cerca de 3 millones y medio de visitantes durante la última semana de junio.

Este año la semana de Kiel celebra su 125 aniversario congregando a 5 mil regatistas en 2 mil embarcaciones de 70 diferentes países.

Alrededor de esta celebración náutica se desarrollan más de 2 mil eventos, desde música al aire libre en innumerables escenarios para todos los gustos, puestos de comida y bebidas, venta de mercancías de todos los confines del mundo, hasta actividades para niños, artistas callejeros, espacios al aire libre para simplemente disfrutar la calidez del verano europeo que este año no deja de preocupar a buena parte de los asistentes.

El servicio meteorológico alemán reportó como un signo de alarma que este año se registraron las temperaturas más altas de que se tiene historia en un mes de junio que marca el día 24 el inicio de la temporada estival.

Kiel es la capital del estado federado de Schleswig-Holstein al norte de Alemania, frontera con Dinamarca. Con una población de cerca de 250 mil habitantes ha adquirido fama mundial gracias a la Kielerwoche. Los espacios que la ciudad destina al festival abarcan la zona central de la ciudad y el malecón de tres y medio kilómetros a la orilla del fiordo de Kiel, la entrada del mar del este que se extiende a lo largo de 17 kilómetros y donde se desarrolla la regata.

Otra de las grandes atracciones es la exposición de embarcaciones históricas de diferentes países y la oferta para rentar un velero para festividades particulares. Los precios de renta por día de velero van desde 700 hasta 4 mil dólares.

En las decenas de escenarios la oferta musical alcanza niveles ensordecedores, sobre todo en las áreas destinadas a la música electrónica donde se concentra el público joven.

Agrupaciones musicales para todos los gustos, música clásica, rock y una nueva modalidad en cuanto a oferta de espacios para bailar: la discoteca silenciosa. Los asistentes adquieren a la entrada audífonos en donde escuchan la mezcla que el disc jockey ha elegido para poner a bailar a su público que entona al unísono la melodía que ha puesto a su cuerpo en acción.

Alia Lira Hartmann Corresponsal