n 2019 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hizo pública la versión castellana del volumen La reversión de la privatización de las pensiones. Reconstruyendo los sistemas públicos de pensiones en los países de Europa Oriental y América Latina (2000-2018).
En intercambio de tuits, citados por Marco Antonio Mares ( El Economista, 19/3/19) consta que, al responsable de la Consar de la 4T, Abraham Vela Dib, el serio trabajo de la OIT le mereció apenas el siguiente fraseo
que para Mares fue contundente, hasta severo y fulminante
: en primer lugar aclaró que el documento es de investigación y, como ahí se indica, no representa la opinión de la OIT
. Todavía más: quizá represente su opinión, pero no la del presidente Andrés Manuel López Obrador, ni la mía. ¡Que quede claro!
. Luego dice: parece que no puede imaginar las terribles consecuencias que hubiera tenido no llevar
a cabo la reforma del SAR en 2005 (Sic!). Las (consecuencias) de regresar
a un sistema de reparto serían catastróficas. La pérdida
de confianza de los trabajadores ¡no se recuperaría nunca! Le recuerda: ¡Argentina regresó
a su sistema de reparto! ¿Sabes cómo? ¡“Expropiando los ahorros de los trabajadores!
Y advierte: parece no darse cuenta de que, con las contribuciones actuales de 6.5 por ciento, no
hay sistema de pensiones que aguante. Ya sea de beneficio definido de 1973 o el SAR de 1997. Y finalmente pregunta: ¿dónde
quedaron las aportaciones tripartitas de la Ley-IMSS-1973? ¿Puentes, infraestructura, servicios de salud, escuelas? ¿O se las robaron?” Hoy
, por lo menos, ¡están seguros y transparentados (Sic!) en cuentas de cada trabajador! Según Mares, Vela Dib también escribió: mucho cuidado con leer columnistas que no se informan y ven fantasmas donde no los hay
. Preocupante –exclama el presidente de la Consar– el escaso grado
de educación financiera de algunos columnistas.
¿Qué es lo que contiene el volumen de la OIT? Desde 2015, vía Isabel Ortiz, observó que la privatización
ha fallado en resolver los problemas de los sistemas de pensiones y extrajo nueve
lecciones aprendidas después de tres décadas de reformas privatizadoras (OIT. Ortiz, I. (Reformas de los sistemas de pensiones: visión de la OIT a partir de la experiencia internacional
). Ellas son: baja cobertura, altos costos fiscales de la transición, altos costos administrativos, riesgosas fluctuaciones del mercado financiero, contribuyen a la desigualdad, reformas sin diálogo social adecuado, no basadas en Convenios OIT, reformas vinculadas a condicionalidades de préstamos del Banco Mundial y efecto positivo en los mercados de capitales.
Después, en el volumen que alude Vela Dib, OIT examinó la reversión
en las privatizaciones y simultánea reconstrucción de sistemas públicos en América Latina y algunos países de Europa del Este. OIT observa que entre 1981 y 2014, 30 países privatizaron total o parcialmente sus sistemas públicos de pensiones de carácter obligatorio. En América Latina, 14, en el siguiente orden cronológico: Chile, Perú, Argentina, Colombia, Uruguay, Estado Plurinacional de Bolivia, México, República Bolivariana de Venezuela, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana y Panamá. Otros 14, en Europa Oriental y la antigua Unión Soviética: Hungría, Kazajstán, Croacia, Polonia, Letonia, Bulgaria, Estonia, Federación de Rusia, Lituania, Rumania, Eslovaquia, Macedonia, República Checa y Armenia. Sumándose dos más en África: Nigeria y Ghana.
OIT documenta que la mayoría de las privatizaciones recibieron el apoyo del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, OCDE, USAID, Bancos Interamericano y Asiático de Desarrollo, contrariamente a las recomendaciones de la propia OIT.
Hasta 2018, 18 naciones habían re-reformado, revirtiendo total o parcialmente las privatizaciones: República Bolivariana de Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bulgaria, Argentina, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituana, Estado Plurinacional de Bolivia, Hungría, Croacia, Macedonia, Polonia, Federación de Rusia, Kazajstán, República Checa y Rumania. La gran mayoría, insiste OIT, las revirtieron luego de la crisis financiera mundial 2007/08, cuando los fallos del sistema privado se hicieron evidentes y tuvieron que ser corregidos.
Por su enfoque y recursos argumentativos
, la reacción de Vela Dib resulta decepcionante frente al estudio de OIT. Muestra que sólo reduce la estructurada visión crítica del fracaso de las reformas privatizadoras a un simplista regreso
al pasado. Y confirman que tampoco tiene en perspectiva el conocido modelo The ILO multi-pilar pension model: building equitable and sustainable pension systems. ¿Merece un trabajo destacado semejante trato del regulador nacional en la materia? ¿Habla sólo de su enfoque y fantasmas inexistentes
o también del nuevo gobierno? Y sobre todo: ¿merece el electorado de 2018 tal nivel de debate
para enfrentar el, hasta ahora pospuesto desafío pensionario?
*Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco