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El cambio climático afectó los escenarios lluviosos en el festival de Glastonbury

Las wellies, botas para lluvia, se quedaron sin usar

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▲ La cantante Jorja Smith actuó en la tercera jornada del festival inglés.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de junio de 2019, p. 6

Ayer, las carpas estaban plantadas y los participantes maquillados a la espera de que las primeras cabezas de cartel tomasen los gigantescos escenarios de la 49 edición del festival británico de Glastonbury... pero ¿dónde están las inevitables mareas de fango?

Organizado cada año en la lluviosa región inglesa de Somerset, Glasto acoge desde 1970 a decenas de miles de fans que no tienen miedo a recorrer durante cinco días, con barro hasta las rodillas, 350 hectáreas de campos, transformadas en escenarios al aire libre, .

En 2007 llegó a llover hasta 60.1 milímetros en un día, récord desde 1910 en Glastonbury.

Imprescindible para sobrevivir: usar botas de caucho, esenciales en uno de los mayores festivales de música del mundo.

Sin embargo, Rory Davidson, banquero de 48 años con 17 ediciones en su haber, que en ocasiones anteriores ha visto tiendas de campaña hundidas en un metro de barro, las dejó en casa por primera vez.

John Noble, asesor tecnológico de 36 años, hizo lo mismo aunque conoce los riesgos. En 2004, joven e ignorante, vino sin botas de agua y pasó los cinco días empapado, con los pies metidos en bolsas de plástico.

Con el barro, te tardas el doble de tiempo en ir del punto a al punto b, no te puedes sentar... es agotador, dice a Afp, disfrutando este año del sol con una camisa de flores ligeramente abierta.

Cuando llueve te quedas literalmente atrapado en el barro, sólo mueves la parte superior del cuerpo, explica riendo Louis Mole, cineasta de 29 años. El barro añade carácter al festival porque tienes que darlo todo, pero es más bien un alivio cuando se acaba, agrega.

El viernes por la noche esperaba tener más libertad de movimiento para ver a Lauryn Hill y luego al rapero Stormzy en el escenario de la Pirámide y pasar, entre ambos, por la zona de West Holts donde debía actuar el dúo electro Maribou State.

La relativa sequedad del suelo este año tiene un vínculo con la ola de calor que sacude actualmente Europa y, por tanto, con el cambio climático, asegura a Afp Nicky Maxey, portavoz del Servicio Meteorológico británico.

Según afirma, estas temperaturas calurosas provienen del sur de Europa: hasta 30 grados el viernes, frente a una media de 19 grados en junio en la región.

En opinión de Ronan McNern, portavoz de Extinction Rebellion, movimiento de revuelta contra la inacción ante el calentamiento global, la ausencia de barro demuestra que el ritmo de las estaciones está trastornado, lo cual resulta preocupante, señala.

Pero aun sin lluvia ni fango, muchos festivaleros siguen calzando las famosas botas wellies, como las llaman los ingleses, que no se usan sólo debido a la meteorología, dice Leona Vaughan, actriz de 24 años.

Son muy cómodas y constituyen un modo de reconocerse, afirma, explicando que forman parte de un código como maquillarse los ojos con purpurina.

¡Es el Glastonbury chic!, bromea Anne Price, de 25 años, que vino por primera vez al festival con 15 amigos de Londres y Oxford, todos con sus inevitables botas para protegerse del agua.

Aunque hace calor, y casi me gustaría usar sandalias, nunca se sabe lo que vas a encontrarte en un festival. Incluso cuando el sol brilla, los campos pueden estar mojados, asegura Shalini Rawlley, de 32 años, que lleva un vestido multicolor con lentejuelas y orejas de gato.

Así que si tienes que llevar botas, más vale llevar unas bonitas, modernas y divertidas, agrega esta empleada de una organización benéfica que luce unas wellies estampadas de rosa. Mi estilo está hecho de cosas que brillan, sirenas, unicornios... Todo lo que es mágico. Si no me lo pongo para un festival, ¿cuándo me lo voy a poner?