Sábado 29 de junio de 2019, p. 4
París. La investigación preliminar sobre el incendio que destruyó parte de la catedral de Notre Dame en París no contiene ‘‘ningún elemento’’ que permita acreditar la hipótesis de un origen criminal, y se inclina más bien por un cigarrillo mal apagado o un cortocircuito, anunció la fiscalía francesa.
La catedral gótica de más de 850 años perdió la aguja, el tejado, el reloj y parte de la bóveda, pasto de las llamas del pasado 15 de abril durante unas obras de restauración.
El siniestro de la catedral inscrita en la lista de patrimonio mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), causó conmoción en el mundo y una ola de solidaridad para restaurarla.
Desde entonces los investigadores de la policía judicial parisina efectuaron ‘‘un centenar de audiencias de testigos”, sobre todo obreros, guardias de seguridad y responsables de la diócesis o de las empresas implicadas en los trabajos de rehabilitación, así como ‘‘numerosas constataciones’’, se explicó en un comunicado.
Hasta la fecha ‘‘ningún elemento permite acreditar la hipótesis de un origen criminal’’ del fuego, añadió la fiscalía, al cierre de su investigación preliminar.
Ahora la investigación corre a cargó de tres jueces de instrucción, con más competencias.
Las pesquisas se realizarán dentro de una información judicial abierta por ‘‘degradaciones involuntarias por incendio, por violación manifiestamente deliberada de una obligación de prudenciao de seguridad, impuesta por la ley o la normativa, ocurridas en unas condiciones que podían exponer a las personas a un daño físico.
‘‘Aunque se sacaron a la luz algunas fallas (...), la investigación realizada’’ en fase preliminar ‘‘no permite, sin embargo, de momento, determinar las causas del incendio’’, sostuvó el fiscal general, Rémy Heitz en el comunicado.