Sábado 22 de junio de 2019, p. 4
El despliegue de la Guardia Nacional (GN) en la frontera sur ha implicado el aumento de detenciones arbitrarias de personas en esa región –muchas veces realizadas sólo con base en el aspecto–, incluyendo a quienes ya comenzaron el trámite de solicitud de refugio o son beneficiarias del mismo, advirtieron activistas.
Claudia León, coordinadora de incidencia del Servicio Jesuita a Refugiados México, indicó que en meses recientes se ha incrementado exponencialmente
el número de retenes en Tapachula, Chiapas, en los cuales policías militares y navales que integran la GN, han detenido a gran número de migrantes indocumentados, sin importar si algunos ya solicitaron refugio o si ya se les concedió.
Los arrestos –muchos en zonas céntricas de la ciudad– son efectuados por militares que no están capacitados en migración, lo cual ha causado violaciones a los derechos humanos de los indocumentados, de por sí vulnerables, pero también de quienes han solicitado refugio a México para huir de la violencia en su país de origen.
Es práctica que se ha intensificado, y eso nos preocupa, pues la gente teme que la deporten. Además, la estación migratoria Siglo XXI, de Tapachula, está al triple de su capacidad. No se sabe quiénes ya empezaron su solicitud de refugio o a quiénes les dijeron que sus documentos [como beneficiarios de esa herramienta] son falsos, aunque no sea así
, alertó.
Salva Lacruz, responsable del área de incidencia del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, manifestó que la presencia de la GN, acompañando al Instituto Nacional de Migración, es mayor en Tapachula que en meses pasados, lo que ha generado pánico
entre indocumentados.
Además, la estación migratoria de la ciudad se encuentra en estado de colapso, hacinada, lo cual la hace un lugar inseguro e insalubre. Ahora migran familias enteras. Los niños que vi adentro, estaban enfermos, sobre todo de males estomacales y respiratorios
.
Los activistas señalaron que el plan mexicano de invertir 100 millones de dólares en Centroamérica no logrará frenar la migración, pues mucha gente sale de su país no tanto por pobreza, sino para huir de la violencia.