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En un par de años hablaremos de filmes que ya reflejan la 4T, asegura Jorge Ayala Blanco

La ñerez del cine mexicano, primer libro que publica la flamante ENAC

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▲ Antes de que Manuel Elías López Monroy fuera elegido para dirigir la escuela, ésta ya tenía un primer libro publicado y presentado, el del crítico.Foto Sergio Raúl López
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 22 de junio de 2019, p. 8

La creación de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) fue aprobada por el Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la sesión del 27 de marzo pasado, en la que convocaron al proceso de auscultación para elegir a su primer director. Pero incluso antes de que el maestro Manuel Elías López Monroy fuese elegido para el cargo –apenas el 10 de junio– o que se designara a su consejo técnico, la flamante escuela ya tenía un primer libro publicado y presentado, La ñerez del cine mexicano, de Jorge Ayala Blanco, su primer acto cultural realizado el 29 de mayo.

El volumen, incluso, contiene una dedicatoria que lo celebra: “In memoriam CUEC (siglas del extinto Centro Universitario de Estudios Cinematográficos), bienvenida ENAC”, pues el cambio significa lo que ya sabemos, la posibilidad de crecer sin la tutela de una Coordinación de Difusión Cultural a la que nunca debimos pertenecer, porque siempre se le concibió como escuela. Durante 55 años ahí se enseñó, y se enseña, a ver cine . Por fin, se tiene la mayoría de edad para gobernarse a sí mismo. Es sensacional haber vivido todo ese proceso, tener 54 años dando clase en una escuela que ya no existe y ser de los que vamos a inaugurar la docencia, la investigación y, por supuesto, en mi caso, las publicaciones, explica el profesor decano de la institución.

Como profesor investigador C, de tiempo completo en la Universidad Nacional, el prolífico crítico y ensayista puede dedicar 20 horas a la docencia y otras 20 a la investigación.

El apoyo que he recibido en los recientes años es inesperado y motivo de agradecimiento a la administración saliente, no sólo porque se publicaron siete libros nuevos, sino porque se está recuperando, en versiones digitales. Son 12 libros electrónicos que se han producido, para mí es totalmente insólito. Actualmente puedo hacer hasta uno o dos libros al año, explica el investigador, recientemente ganador del Premio Nacional de Periodismo Cultural René Avilés por trayectoria.

Una medición sexenal

La ñerez... compila un centenar de ensayos sobre películas mexicanas actuales de entre 2016 y 2018 –si bien recorre hasta 2013 e incluso algún título de 2012–, lo que corresponde a la segunda mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto. Por lo que éste y el próximo van a dar una pauta de lo que fue el sexenio desde el punto de vista cultural-cinematográfico. Mi revelador de la realidad mexicana, insisto, es el cine mexicano. Todavía no sabemos cómo va a ser el del nuevo sexenio, va a tardar en reflejarse, pero en uno o dos años estaremos hablando de estas películas que ya reflejan la 4T, cualquier cosa que ésta sea.

Para alguien que ha escrito rigurosamente al menos un texto cada semana desde 1963, en su experiencia lo que se va a dar en la cultura primero ocurrirá en el cine mexicano. Es la vanguardia, porque se alimenta de la realidad, con todas sus contradicciones, para bien y para mal, y eso es lo que adoro: están todas las contradicciones que vivo cada día, reflejadas de mil maneras en los productos cinematográficos, así sean o parezcan los más deleznables de la Tierra.

Dado que la idea ded lo popular le parece ambigua, por fortuna encontró una palabra reveladora, que le permite esta búsqueda en el sentido de una conciencia de que se está manejando lo popular, la cual justo es la ñerez.

En la Época de Oro, el Premio Universidad Nacional proponía que los cineastas eran producto de los ambientes y la mentalidad populares, así que no se esforzaban por serlo, pues pertenecían a ese mundo de manera espontánea; en los tiempos echeverristas y pos-echeverristas se buscaba mediante los modelos cinematográficos ya existentes en la estilización lograda por Ismael Rodríguez o Alejandro Galindo, pero con este subterfugio del cine mismo, y con el dictado de ser críticas de la realidad, de hacer crítica social a través del cine, de ofrecer una ideología a través de la ficción.

Actualmente, el profesor identifica una tercera fase: una especie de rodeo en el que está la vivencia directa, dado que los cineastas ya no quieren hacer más cine de arte, sino uno popular como protección contra el arte y la estética de la película.

Me interesaba qué descubría cada película de la cultura popular, de su acercamiento, realista o estilizado, esa realidad que vivimos todos los días, esa distancia que se toma respecto de la noción de lo popular. La relectura que me interesaba era la que consideraba como una visión elaborada de lo popular, finaliza.