burocracia doradaen la UPN
Jueves 20 de junio de 2019, p. 34
Más de un centenar de profesores-investigadores de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) entregaron ayer a la Subsecretaría de Educación Superior, que encabeza Luciano Concheiro Bórquez, un documento en el que manifiestan su rechazo ante la postura de que en la academia existe una hiperélite
y una burocracia dorada
que se beneficia de estímulos y becas.
En entrevista con La Jornada, investigadores de la UPN Ajusco destacaron que se soslaya que llevamos décadas sin incrementos salariales y que el llamado estímulo ya forma parte del ingreso básico de los investigadores, el cual además está sujeto a estrictos protocolos de evaluación de la productividad académica
. Indicaron que con la suspensión en el pago de estos apoyos prácticamente sufrimos un recorte de 30 por ciento de nuestros ingresos
.
En el documento se convoca a Concheiro Bórquez a “avanzar conjuntamente –y a la brevedad– con esta comunidad académica en la necesaria reflexión y análisis sobre las condiciones en que la UPN, pese a todas las restricciones, ha cumplido con sus funciones sustantivas en las últimas décadas”.
Advierten que imponer como solución a rajatabla
la eliminación de estímulos y fijar topes salariales implicaría regresar a la situación de los años 80, es decir, a la reducción de los ingresos reales del 50 por ciento de los trabajadores académicos
y la aplicación de un mecanismo de coerción y empobrecimiento de un sector de trabajadores para financiar los megaproyectos gubernamentales
.
La carta, suscrita por 128 académicos de la UPN, destaca que ningún profesor-investigador con doctorado, 40 años de experiencia, con adscripción al Sistema Nacional de Investigadores y estímulos al máximo nivel podría considerarse como parte de una hiperélite
, pues el sistema de estímulos incluye a poco más de la mitad de los profesores-investigadores, con distribución estándar.
Los estímulos, becas, salarios y prestaciones de los profesores de la UPN, explican, no se acercan, ni por asomo, a los de otras instituciones de educación superior. El estímulo al desempeño académico tiene un máximo de 7.5 salarios mínimos, al que logran acceder muy pocos, nada comparable a los niveles de las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma Metropolitana e Instituto Politécnico Nacional, para no hablar de otros centros de investigación y educación superior
.
Destacaron que el problema de fondo no se menciona ni se abre a una discusión plural, en la que se abone al análisis de las razones por las que se creó una política de estímulos en lugar de salarios dignos para el personal académico y científico en México.