Madrid. José Antonio Urrutikoetxea, histórico líder de la disuelta organización armada vasca ETA, conocido como Josu Ternera, fue encarcelado ayer horas después de que el Tribunal de Apelación de París había ordenado su liberación bajo control judicial, al responder a una solicitud de su defensa, que argumentó el avanzado cáncer de estómago que padece el reo y que requiere tratamiento constante.

Pocas horas después de la orden de su excarcelación fue detenido nuevamente en París debido a que el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, presentó una nueva petición de arresto ante la solicitud de la Audiencia Nacional de España, donde el acusado tiene varias causas judiciales abiertas.

Ternera no pudo poner un pie fuera de la cárcel de la Santé, en el centro de París, a la cual fue trasladado tras su detención el 16 de mayo en la localidad de Sallanches, en los Alpes franceses. La policía lo detuvo antes de que pudiera cruzar la puerta.

La fiscalía general debe ahora examinar el pedido de extradición a España, donde se quiere juzgar a Ternera por su presunta implicación en el atentado de 1987 contra una casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en el que murieron 11 personas, entre ellos seis menores de edad.

Tras esta nueva detención, que puede durar hasta 48 horas, Josu Ternera será presentado ante la fiscalía general de París, que le notificará el pedido de extradición que hay en su contra.

Posteriormente, la Corte de Apelaciones de París deberá decidir si lo mantiene o no en prisión preventiva, a la espera de un examen completo de la solicitud de Madrid.

El líder del grupo armado vasco estuvo prófugo desde 2002, cuando se abrieron varias investigaciones en su contra por atentados perpetrados por ETA.

Josu Ternera fue uno de los interlocutores designados por el grupo vasco armado para las negociaciones del proceso de paz de 2005, que culminaron en fracaso tras la colocación de la furgoneta bomba en el aeropuerto de Madrid, en el que murieron los migrantes ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate.

Durante las negociaciones el ex número uno de ETA fue uno de los que más trabajaron por la disolución del grupo armado y por sentar las bases de un acuerdo que pusiera fin a la violencia. Una vez rotas las conversaciones dirigió todos sus esfuerzos a la transformación de la agrupación en un movimiento político que renunciara al uso de la violencia, en consonancia con el proyecto político esbozado por Arnaldo Otegi, actual líder de EH-Bildu.