Ginebra. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos solicitó ayer una investigación sobre la muerte del derrocado ex presidente egipcio Mohamed Mursi, para esclarecer si su fallecimiento, por un paro cardiaco el pasado lunes, se debió a las condiciones de su encarcelamiento.

La investigación debe tener en cuenta todos los aspectos de cómo las autoridades trataban a Mursi, con el fin de analizar si las condiciones de su detención repercutieron en su muerte, aseguró Rupert Colville, vocero de la mencionada entidad internacional dirigida por Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile.

Agregó que “cualquier muerte repentina en custodia debe ser seguida de una investigación rápida, imparcial, exhaustiva y transparente. Recordó que la oficina ya había expresado su preocupación por las condiciones carcelarias, y dijo que las autoridades egipcias tenían que haberle garantizado un trato humano.

Mursi, líder del movimiento de la Hermandad Musulmana y depuesto del cargo de la presidencia en 2013, murió el pasado lunes durante una audiencia en un tribunal en esta capital, donde era juzgado por terrorismo y espionaje. Sus allegados confirmaron que la policía no le administró primeros auxilios cuando se desplomó en la corte, y pasaron más de 20 minutos para trasladarlo a un hospital, reportó el diario británico The Independent.

El ex mandatario fue sepultado en Medinat Nasr City, barrio de El Cairo. Su familia asistió a las plegarias en la mezquita de la prisión de Tora, donde estaba recluido.

En Estambul, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, declaró durante un multitudinario rezo dedicado a Mursi que el deceso le parecía sospechoso.