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Los desafíos de la 4T Los retos y riesgos para la nueva administración se sintetizan en al menos cinco ejes: 1) Los megaproyectos y el derecho a la consulta, en donde los pasos son titubeantes. Mientras en el Tren Maya o la termoeléctrica en Huexca, Morelos, no ha iniciado el proceso de consulta indígena; para la construcción del aeropuerto en Santa Lucía está en marcha con la comunidad de Xaltocan, y en el Valle de Ocotlán-Zimatlán, Oaxaca, tras años de negación sistemática de derechos, se ha revitalizado una etapa de construcción de acuerdos sobre los recursos hídricos. 2) La reforma constitucional y legal que se armonice con los instrumentos internacionales, cumpla los acuerdos de San Andrés, incorpore los avances jurisprudenciales de los tribunales y la Corte Interamericana, y atienda las nuevas demandas y contextos de los pueblos. 3) El presupuesto público destinado a pueblos indígenas, que siempre es visto de manera marginal y desde 2014 tiene recortes año tras año. 4) La apropiación del ámbito regional y municipal por pueblos y comunidades para fortalecer su libre determinación y gestar procesos autonómicos que trasciendan lo comunitario, defiendan sus derechos y construyan una articulación entre las distintas luchas. 5) La representación política directa en el Congreso de la Unión, los Congresos estatales y otros ámbitos de toma de decisión, con procesos acordes con sus sistemas normativos. La tarea no es menor, pero la respuesta a esos retos marcará si efectivamente se está construyendo una nueva relación.
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