Flint. Tres años después de que la localidad de Flint, Michigan, sufrió los estragos de la contaminación de agua tratada de su principal río, la fiscalía se desistió de imponer cargos a ocho inculpados y pidió comenzar de cero la investigación del caso al afirmar que hasta hoy cuenta con toda la evidencia que requería.

Entre los acusados está Nick Lyon, ex director de Salud del estado de Michigan, quien podría ir a prisión por homicidio involuntario pues no avisó al público de manera oportuna sobre un brote de neumonía legionelósica entre 2014 y 2015, causado porque la población se vio obligada a consumir agua del río Flint, contaminada con plomo.

El procurador general de Flint, Fawda Hammoud, indicó que no se contaba con la totalidad de la evidencia. Esta semana completamos el traslado, y ya están en nuestro poder millones de documentos y cientos de dispositivos electrónicos que ampliarán considerablemente el alcance de nuestra investigación. Agregó que Lyon y otros podrían ser acusados de nuevo.

Esta es una de las peores catástrofes ambientales no naturales en la historia reciente de Estados Unidos. Mientras se esperaba a que se instalara un acueducto que distribuyera en la ciudad agua bombeada del lago Hurón, se empezó a extraer agua del río Flint sin cambiar la tubería vieja que estuvo décadas en desuso. Debido a problemas financieros, la ciudad de Flint, de 10 mil habitantes, en su mayoría negros y con 41 por ciento de índice de pobreza, estaba siendo administrada por financieros elegidos por el gobierno del estado.

El escándalo estalló en 2015, cuando médicos locales reportaron casos de niños con daño cerebral causado por envenenamiento con plomo, y muchos casos de neumonía legionelósica, enfermedad causada por bacterias que se reproducen normalmente en zonas cálidas. Tan sólo inhalar el vapor de esa agua contaminada puede provocar la enfermedad.

Tres años después de que comenzó la investigación no hay ningún culpable tras las rejas.