Monterrey, NL., El alcalde independiente de San Pedro Garza García, uno de los municipios más prósperos y con mayor plusvalía en México, Miguel Treviño de Hoyos, cedió 7 mil metros cuadrados del parque público Rufino Tamayo para que su antecesor en la presidencia municipal, el panista Mauricio Fernández Garza, construya el museo La Milarca y exhiba su colección privada de arte.

Además del terreno, el municipio de San Pedro destinó de las arcas municipales 194 millones de pesos, de 346 inicialmente acordados, para que Fernández Garza –quien hace tres meses pagó millones de euros en Almagro, España, por el Palacio de los Marqueses de Torremejía– construya en esa propiedad.

Treviño de Hoyos prometió en campaña que no permitiría que Fernández Garza, descendiente de una familia de industriales de Monterrey, usara recursos del erario y un parque público para su proyecto.

En la administración municipal 2015-2018 Fernández Garza asignó más de 300 millones de pesos y terrenos públicos para construir tres museos y albergar sus colecciones privadas de arte, numismática y paleontología.

Treviño de Hoyos, quien asumió el cargo en octubre de 2018, suspendió las obras de los museos, pero súbitamente y en secreto, el 11 de abril acordó traspasar los 7 mil metros cuadrados del Parque Rufino Tamayo a su antecesor.

El edil sometió el acuerdo a votación del cabildo al día siguiente sin mediar consulta pública, por lo cual fue impugnado por vecinos en un juicio contencioso.

Los habitantes de San Pedro Garza García se oponen a la asignación de al menos 136 millones de pesos y a la entrega de la parte central del parque Rufino Tamayo para la construcción de La Milarca.

Manifestaron que el acuerdo de voluntades que firmó el edil para ceder los bienes públicos viola los artículos 85 y 210 de la Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano de Nuevo León.

José Humberto Sánchez Gutiérrez, ex director jurídico de ese municipio (2006-2009) y quien ha vivido 40 años en la zona, dijo que no existe salida jurídica para la violación en que incurre Treviño de Hoyos.

Es un abuso de autoridad. El espíritu del desarrollo urbano es la calidad de vida y la ley obliga a que los fraccionadores cedan 17 por ciento del terreno a un área pública verde. En su artículo 210 la ley (de Asentamientos y Desarrollo Urbano) estipula que las únicas construcciones que pueden realizarse en un parque son escuelas de preprimaria y casetas de vigilancia, expresó.