Miércoles 12 de junio de 2019, p. 5
Con motivo del centenario natal de Pedro Ramírez Vázquez, que se cumplió el pasado 16 de abril, el arquitecto y urbanista recibió un homenaje de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México (AIAM), la noche del lunes, en una de sus obras más icónicas: el Museo Nacional de Antropología.
La ceremonia, efectuada en el patio central, fue encabezada por la titular de la Secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto, quien expresó que las obras del homenajeado, como ‘‘este museo, el estadio Azteca, la Basílica de Guadalupe y el Museo del Templo Mayor, son de las más visitadas”. Son espacios en que ‘‘ese imán que llama a mexicanos, a propios y ajenos, a reconocer lo que somos como nación, está enmarcado de manera impecable, sutil, respetuosa, resaltando lo que allí debe suceder”.
Mientras más pasa el tiempo su obra gana carácter, coherencia y fuerza, sostuvo la funcionaria; dijo que el día anterior había revisitado el Centro Cultural Tijuana, también de Ramírez Vázquez, un sitio ‘‘relevante no sólo para los que viven en esa ciudad, sino para los migrantes que llegan a la frontera”.
Al referirse al Bosque de Chapultepec, Frausto apuntó que ‘‘uno de los proyectos prioritarios de esta administración será la articulación de este gran espacio”, donde el homenajeado es el único arquitecto que creó tres obras: los museos Nacional de Antropología, de Arte Moderno y del Caracol (Galería de Historia).
Escala humana, dignidad e integración de valores
Javier Ramírez Campuzano dijo que en la obra de su padre ‘‘siempre estuvo presente un alto concepto de la escala humana, pero no en cuanto a su dimensión física, sino en la de su dignidad, al integrar valores útiles, lógicos y estéticos como sinónimos de sinceridad arquitectónica y urbanística”.
Añadió que la visión práctica del homenajeado para diferentes soluciones locales rebasó fronteras. Ramírez Vázquez ‘‘no fue un arquitecto internacional, sino un hombre universal. No trajo soluciones del exterior sino que proyectó y distinguió nuestra identidad y valores a lo universal”.
La búsqueda de soluciones que siempre hizo ‘‘se basó en la convicción de que el solo conocimiento de nuestros problemas y necesidades, el mero dominio de la técnica, son estériles si no se traducen en realizaciones materiales de inmediata utilidad social. Así concibió su proyecto arquitectónico más querido, el aula rural prefabricada”.
Roberto Eibenschutz, en representación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), recordó que Ramírez Vázquez concibió, fundó y fue el primer rector de esa institución. Su ‘‘apego” a la UAM se reflejó en su intención de donarle el legado de toda su vida profesional, que incluye materiales arquitectónicos, gráficos, textiles, industriales, fotográficos, fílmicos y su biblioteca de 20 mil obras.