La procuradora general de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, calificó de atípico el secuestro de Norberto Ronquillo Hernández y descartó que haya sido cometido por el crimen organizado, en tanto se siguen varias líneas de investigación.

De acuerdo con el análisis de cámaras de videovigilancia públicas y privadas realizado por la Fiscalía Antisecuestro, el joven estuvo en dos diferentes domicilios ubicados en Tlalpan antes de ser asesinado, lo cual sucedió entre el jueves o el sábado, detalló.

La necropsia determinó que su muerte fue por estrangulamiento y ocurrió entre tres y cinco días después de ser privado de su libertad –el 4 de junio–, informó a su vez el Tribunal Superior de Justicia.

Los policías que fueron los primeros respondientes y que son investigados por la Dirección General de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana declararon ayer para explicar la razón por la cual llevaron el automóvil de la víctima a la casa de sus tíos, donde vivía, y no al Ministerio Público.

Su declaración, dijo Godoy, no es un asunto que tenga que ver con una posible imputación; es una irregularidad que tenemos que ver. No quiero prejuzgar la razón o motivo por lo que lo hicieron.

Precisó que la procuraduría activó el protocolo antisecuestro desde el momento en que se denunció, pero la familia tuvo su razón, muy respetable, al decidir después que no íbamos a participar en el tema del rescate, pero de todas maneras actuamos.

Destacó que actuaron con rapidez y se preservó el lugar donde se encontró su cuerpo, el domingo, en Xochimilco, donde se contó con el apoyo de nuevas células para este tipo de homicidios, que permitió saber en hora y media que se trataba de Norberto.

Reiteró que fue un secuestro atípico, pues el chico sale a determinada hora de la Universidad del Pedregal y 10 a 15 minutos después nos están hablando ya de secuestro. No es el tema de que rápidamente la familia dice que hace 15 minutos no llega: es secuestro.

Por ello estamos escarbando en su entorno. Su círculo de amigos cercanos y familiares ya fueron entrevistados y se tuvo acceso a su teléfono móvil, a fin de dar con los responsables y la sociedad sepa que quien comete un delito tan doloroso y lesivo va a tener castigo.

Por la tarde, amigos y familiares dieron el último adiós a Norberto en una funeraria del sur de la ciudad, donde su madre, Norelia Hernández, señaló que más que justicia quiero que nadie vuelva a pasar este sufrimiento. No sé si hubo negligencia de las autoridades, si es atípico o no, lo que sé es que ya no está aquí y no se vale.