Domingo 9 de junio de 2019, p. 8
El acuerdo por el cual se evitó que el gobierno de Donald Trump impusiera aranceles a México se logró a costa de militarizar la frontera sur y recibir en el país a quienes solicitan asilo en Estados Unidos, lo que puede generar más violaciones a los derechos humanos de los migrantes y le dará más poder a los grupos de traficantes de personas, alertaron activistas.
Advirtieron que ya se vive un ambiente de persecución y criminalización de la migración en el sur del territorio mexicano.
Rubén Figueroa, coordinador en la región sur-sureste del Movimiento Migrante Mesoamericano, señaló que aunque la presencia de militares en operativos de detención de trabajadores internacionales no es nueva, con el pacto negociado en Washington se hará mucho más evidente, pues serán los propios uniformados quienes se encarguen de hacer las aprehensiones.
Mientras Trump construye un muro de concreto en el norte, México construye un muro militar contra los migrantes en el sur
, alertó.
Para Figueroa, recurrir de nuevo a una óptica de contención militar ante el fenómeno de la migración indocumentada sólo generará un aumento del tráfico de personas, con mayor costo económico, lo que dará más poder a los grupos del crimen organizado que se dedican a esta actividad, en complicidad con funciona-rios corruptos.
Por su parte, Andrea González, defensora de derechos de los migrantes, consideró que el acuerdo con Washington implicó ceder a todas las presiones de la peor manera
, pues México está adquiriendo compromisos que va a ser muy complicado sostener sin que se violen las garantías básicas de los migrantes sin documentos.
En cuanto al acuerdo de que México reciba a quienes solicitan asilo en Estados Unidos hasta que sus peticiones sean resueltas, González destacó que del lado sur del río Bravo no hay infraestructura suficiente para recibir en condiciones dignas a los migrantes.
En tanto, el Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana consideró que el gobierno de México terminó cediendo ante el de Estados Unidos y parece que inició una guerra contra los migrantes.
Por separado, Heyman Vázquez Medina, párroco de Huixtla y director del albergue Nadie es extranjero, afirmó que en la frontera sur de México se vive un ambiente de persecución y de criminalización de la migración
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Agregó que se han incrementado 200 por ciento los retenes, con la participación de agentes del Instituto Nacional de Migración, la Policía Federal, la Guardia Nacional y el Ejército
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