Organizaciones en pro del derecho a la salud destacaron que en la compra consolidada de medicamentos, materiales de curación y de laboratorio debe imperar no sólo una política de austeridad y de comprar al precio más bajo del mercado, también de calidad, porque se trata de material que pone en riesgo la vida.

Agregaron que la adquisición de insumos como los guantes de látex y condones masculinos y femeninos debe hacerse a precios competitivos que permita a los pequeños laboratorios competir en el mercado, pero asegurando controles muy estrictos de calidad.

En entrevista por separado, Patricia Ponce Jiménez, coordinadora del Grupo Multisectorial del VIH que agrupa a decenas de organizaciones, y Luis Alberto Ruiz, del colectivo ¡Coatza Vive!, destacaron que no se puede privilegiar sólo la austeridad en temas sensibles como la salud. Recordaron que en el caso de la lucha contra el VIH-Sida, hay insumos en los que se debe garantizar altos estándares de calidad como las pruebas rápidas de detección, los condones y los sustitutos de leche materna para infantes con VIH.

Insumos de primera contra el VIH-Sida

Como organizaciones de la sociedad civil, agregó Ponce Jiménez, debemos mantenernos muy alertas que cuando se distribuyan estos medicamentos e insusmos en los estados, adquiridos por una compra consolidada, sean efectivamente de calidad y no sólo se justifique que fueron adquiridos a muy bajo costo.

Luis Alberto Ruiz destacó que en Veracruz tenemos detectado que en muchos centros de salud comenzaron a escasear los insumos básicos para curaciones, y en el caso de los condones se debe verificar su calidad, pues se distribuyen por millones y muchas veces son la única alternativa para la prevención de un embrazo o de impedir más casos de enfermedades de transmisión sexual, y no por ahorrar unos cuantos millones se adquieran productos de mala calidad.

Ponce recordó que en el caso de Veracruz ya hemos tenido experiencias con la adquisición de pruebas rápidas para la detección del VIH que eran apócrifas, de las cuales miles fueron distribuidas a centros de salud, y hasta la fecha desconocemos qué efectos tuvo en la población, pues existe el riesgo de falsos positivos o negativos, lo que podría generar nuevos contagios.