Tapachula, Chis., En medio del caos que se vive en esta ciudad fronteriza, destaca un factor común: la desinformación. Los miles de migrantes que buscan regularizar su situación viven desorientados. Escuchan distintas versiones. Son pocas las voces que conocen los requisitos para realizar los trámites correspondientes.

El gran número de extranjeros que cada día ingresa de manera irregular por la frontera sur de México y la diversad de sus orígenes generan que ningún esfuerzo institucional o de la sociedad civil alcance. Prácticamente nadie atina a explicarles cuáles son los pasos a seguir para conseguir una regularización para su permanencia, asilo, refugio o tránsito por el país. Viven en una constante incertidumbre.

Miles se aglutinan en las inmediaciones de la delegación de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en esta ciudad. Hay dos largas filas. Una para quienes ya iniciaron el trámite, otra para quienes llegan por primera ocasión. Ésta es la más larga, dobla la esquina y se extiende varios metros. El calor es inclemente y no hay nada que brinde un poco de sombra. Los afortunados logran encontrar pedazos de cartón para cubrirse del sol.

A los niños se les nota impacientes, agotados. Es evidente el desgaste de la jornada. Cansancio, resequedad en los labios, rostros de hastío. El avance es lento, casi nulo. Son horas, hasta días de espera.

Si vas al baño pierdes tu lugar

Carlos es un salvadoreño de 33 años. En su país era mecánico de motocicletas. Su negocio prosperaba hasta que las pandillas le cobraron el impuesto de guerra. Les entregaba 100 dólares a la semana. Aunado al alquiler del local, poco a poco, el taller dejó de ser redituable. Lo dejó todo y salió para México, donde cree que si le echas cabeza hay posibilidades de trabajo.

Llegó a la Comar a las 10 de la noche. A las tres de la tarde del siguiente día seguía formado. Calculo que mañana a las 7 de la mañana me atenderán, dice resignado. Sólo come semillas y en un intento por hidratarse sólo remoja sus labios. Si te vas al baño pierdes tu lugar. Éste es su cuarto intento. Los otros tres fueron infructuosos: que si le faltaba un documento, que si ya no había fichas, que si no era en esta oficina. Carlos es uno de los miles que pasan por lo mismo.

La Misión de Observación de la Crisis Humanitaria de Personas Migrantes y Refugiados en el Sureste Mexicano –que se realizó del 29 al 31 de mayo– identificó una estrategia de desgaste y contención que tiene el objetivo de generar cansancio. Desmovilización y disuasión de las personas ante el acceso al derecho a solicitar refugio y a procedimientos de regularización. Los procedimientos están deliberadamente burocratizados por las autoridades para dilatarlos al máximo y desalentar a las personas que quedan atrapadas en ellos”.