La Meca. La cumbre de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), compuesta por 57 países que representan a mil 500 millones musulmanes, manifestó ayer su apoyo a los palestinos, antes de que Estados Unidos presente un plan de paz para el conflicto palestino-israelí, y respaldó a Arabia Saudita tras una serie de ataques que elevaron las tensiones en la región.

En un comunicado divulgado tras el encuentro, desarrollado en esta ciudad saudita, la OCI rechazó el traslado de la embajada estadunidense de Tel Aviv a Jerusalén, ciudad que Washington reconoció como capital de Israel, y llamó al boicot de los países que pasaron o abrieron sus legaciones ahí.

El gobierno de Israel anexó la parte este de Jerusalén, que la comunidad internacional considera un territorio ocupado. Los palestinos quieren consolidar esa parte de la urbe como la capital de su futuro Estado.

Los llamados de la cumbre se dan antes de que Jared Kushner, yerno y consejero del presidente estadunidense, Donald Trump, presente un plan para resolver el conflicto palestino-israelí. El financiamiento del proyecto se abordará en una a finales de junio en Manama, capital de Barhein.

Para la presidencia estadunidense, la conferencia daría una oportunidad para estimular el apoyo a las potenciales inversiones e iniciativas económicas que podrían hacerse posibles con un acuerdo de paz. La OCI subrayó, en su primera de tres cumbres, que la paz y la estabilidad en la región de Oriente Medio sólo llegarán cuando Israel se retire de los territorios ocupados en 1967.

Respecto a la situación en el Golfo, la cumbre aportó un apoyo sin límites a las medidas tomadas por Arabia Saudita para protegerse tras una serie de ataques que Washington y Riad imputaron a Irán, aunque evitaron mencionar a la república islámica.

En su discurso, el rey Salman de Arabia Saudita mencionó el sabotaje del 12 de mayo pasado de cuatro navíos y dos petroleros saudíes en la entrada del Golfo y un ataque con un dron contra estaciones de bombeo, dos días después.

En un tuit publicado poco antes de la apertura de la cumbre, el monarca afirmó la intención de los países de la OCI de hacer frente con firmeza a las amenazas y los actos de sabotaje para que no perturben el desarrollo de nuestras naciones y de nuestras sociedades.

En respuesta a las cumbres de las seis monarquías que componen el CCG y de la Liga Árabe del viernes pasado, Irán acusó en esta jornada a Arabia Saudita de sembrar la división en la región.

Las relaciones entre Washington y Teherán están en su nivel más bajo desde que la administración de Trump se retiró de forma unilateral del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní.

Estados Unidos envió otros mil 500 refuerzos militares a la región aludiendo a amenazas iraníes y reforzó después las sanciones económicas contra Teherán e inscribió a los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen iraní, en su lista negra de organizaciones terroristas.

En su comunicado, la cumbre islámica también destacó su rechazo a la anexión de los Altos del Golán, una meseta que Israel arrebató a Siria en 1967, y su condena a la islamofobia en Occidente, que atribuyeron al escaso conocimiento de la religión musulmana.

En este contexto, la Unión Europea lamentó la decisión de Israel de edificar 805 nuevas viviendas en Jerusalén Este por constituir un obstáculo para la paz.

Al cierre de esta edición la agencia oficial Sana informó que la defensa antiaérea del ejército sirio entró en acción este domingo contra misiles enemigos disparados desde Israel en dirección a posiciones en el sudoeste de Damasco.

Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, 400 mil personas personas han muerto en el conflicto.