La cocina y la música son rituales de amor y paciencia, dice el cubano Yotuel Omar Romero Manzanares, integrante del grupo de hip hop-fusión Orishas.

Los dioses yorubas del rap han mutado en cocineros sonoros. Prepararon un delicioso aldalú: platillo tradicional afrocubano cocinado a fuego lento, que tardó 10 años para estar en su punto.

Ese plato popular lleva por nombre Gourmet: banquete compuesto por 12 tiempos marinados con algunos de los mejores ingredientes de varios países latinoamericanos.

En la cocina convivimos todos los latinos, asegura Yotuel, músico batá y uno de los tres cantantes de la banda que adereza su rap con guaguancó, rumba y son.

“Gourmet significa para nosotros dedicación, tiempo... escoger los mejores condimentos, darle tiempo a la cocción; es decir, hacerlo todo a fuego lento. Es escoger la yuca, rallarla, meterla en agua y ponerla a secar. Darle amor a tu preparación, porque le diste tiempo; eso significa este disco”, comenta.

El propósito de sus comentarios es promover el concierto que Orishas presentará en el Pabellón Cuervo, donde ofrecerá a comensales mexicanos su banquete de hip hop.

Este disco, señala Yotuel, fue asado a fuego bajito. Recolecta esencias musicales de países latinoamericanos.

Se podrán saborear las del colombiano Silvestre Dangond, del venezolano Franco de Vita, de la mexicana Lila Downs, de los españoles Melendi y Beatriz Luengo, así como las del cubano Chucho Valdés, entre otros.

Ingredientes de la receta

“Lila Downs ofreció un buen chile mexicano; el mondongo fue de Silvestre Dangond; las arepas, de Franco de Vita, y el frijol negro y el arroz, de Chucho Valdés, por poner unos ejemplos… Cantamos las piezas del disco como una receta culinaria, como una degustación, porque la música de Orishas sabe alimentar el alma y para hacerlo, hay que saber estar en la estufa, así como hacer buena música”, comenta Yotuel.

Hiram Riverí Medina (Ruzzo), Roldán González Rivero y Yotuel son gastrónomos del género de las rimas.

Tardaron 10 años en bresear (cocinar lentamente) su producción discográfica.

Orishas puede demorar, porque tenemos demasiado amor por la música. No nos gusta el negocio en el que se ha convertido la popular. Somos a la antigua: nos encanta cantar en un escenario y enamorar a nuestro público, conquistarlo.

Yotuel comparte que su relación con la música viene de una foto mental en “La Habana, en la que una mañana, cuando se iba a la escuela, ve a su abuela sentarse. Ella separaba el arroz, picaba las pepitas negras, lavaba los frijoles y adobaba un pedazo de carne con cebolla… todo, con tanta dedicación, que terminó por influirme”.

Como sus compañeros de grupo, vive en Francia desde hace varios años.

Se le pregunta si no extraña la comida de Cuba.

Afirma: me he hecho un seguidor de la del mundo. Un cubano que ha decidido no ser tan nacionalista. La verdad, soy un chef frustrado, amo cocinar y cuando vamos de gira lo que hago es buscar los mejores restaurantes locales, aquellos a los que no va el turismo habitual; me pongo como niño, pruebo y luego experimento en la estufa.

Demoraron una década en regresar al bufé mundial de la música porque, asegura, tenían que cumplir la meta de superarse a sí mismos, hacer canciones de hoy que la gente quiera escuchar mañana. El reto era superar a la mejor banda urbana de Cuba. Mis compañeros me preguntaban en ese tiempo que cuál era esa agrupación: les respondía que Orishas.

Parece que lo lograron al tener la paciencia de guisar este álbum que ahora presentarán en un espectáculo “al grill, sin condimentos. Limpios, porque el tour se llama Origen, y estamos apostando a la calidad vocal de los tres, sin muñequitos, sin efectos especiales; sólo tres micrófonos con su DJ haciendo lo que saben hacer: transmitir emociones”, concluye Yotuel.

Orishas Tour Origen 2019 ofrecerá un concierto en el Pabellón Cuervo el 30 de mayo a las 20:30 horas.