s la primera exposición sobre el legado del cantante, compositor, poeta y novelista canadiense Leonard Cohen (1934-2016) y que refrenda la importancia que sigue teniendo. Para ello el Museo Judío de Nueva York le dedica todas sus salas de exhibición.

Se llama A Crack in Everything y contó con el fundamental apoyo de las autoridades canadienses de cultura. Incluye obras encargadas para esta ocasión a 40 artistas internacionales que se inspiraron en el Cohen compositor e intérprete.

Destacan Kara Blake, Candice Breitz, Janet Cardiff, George Bures Miller, Christophe Chassol, Daily Tous Les Jours, Tacita Dean, Kota Ezawa, George Fok, Ari Folman, Jon Rafman y Taryn Simon.

Como parte de estas aportaciones en un video se muestran los dibujos de Leonard Cohen, mientras en una moderna galería multimedia se pueden escuchar las canciones del compositor interpretadas por músicos como Lou Doillon, Feist Moby y The National con Sufjan Stevens, Ragnar Kjartansson y Richard Reed Parry.

Lo que más llama la atención es el recorrido sonoro y visual que el visitante disfruta sobre los 50 años de carrera artística de Cohen, gracias a los artificios de la más innovadora tecnología. Ahí están sus canciones más emblemáticas (Suzane, Last year’s man, So long Marianne, Joan of Arc, Famous Blue Raincoato I’m your man) interpretadas en los principales conciertos que ofreció por el mundo.

Hace unas cuantas referencias a sus libros, como Flores para Hitler, Los hermosos vencidos, Comparemos mitologías, y a la novela El juego favorito.

En el video se incluyen varias fotografías de su vida y una breve referencia a las distinciones que recibió.

En cambio se le escucha reconocer que ‘‘mientras era joven y adolescente no encontré una voz y sólo cuando leí a Federico García Lorca, en una traducción, encontré una que me dio permiso para descubrir mi propia voz, para ubicar mi yo, un yo que aún no está terminado’’.

El Cohen mujeriego, depresivo y melancólico, en todo su esplendor.