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Andenes y trenes, saturados

Impera el caos durante el primer día de reordenamiento en el Metro Pantitlán

Influye que el número de usuarios se incrementara una vez que concluyó la contingencia ambiental

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▲ Desde temprano miles de usuarios padecieron para poder subir a trenes de la línea 1 y 9 y llegar a sus trabajos, sobre todo por la tardanza en la partida de los trenes. Incluso en las calles aledañas el tráfico vehicular fue más severo por gente que buscaba otras alternativas.Foto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de mayo de 2019, p. 27

Un caos se vivió la mañana de este lunes en la estación Pantitlán del Metro, así como en las líneas 1, 9 y A, donde cientos de personas, entre codazos y empujones, trataban de ingresar a los andenes y trenes que tardaban hasta 20 minutos en llegar, esto a pesar del anuncio del Sistema de Transporte Colectivo Metro de que ayer empezaría a aplicarse el plan de reordenamiento para dosificar el ingreso de usuarios.

En un recorrido se pudo observar que la vigilancia por parte del personal de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) fue nula en accesos y andenes de la línea 1, también se detectó falta de organización en el tránsito a esa zona, ya que por la tardanza de trenes las personas se amontonaban. Esto ocasionó que en pocos segundos se abarrotara ese pequeño espacio.

La primera fase de la medida se dedicó básicamente al retiro de comerciantes ambulantes en la transferencia en el pasillo del Mexibús hacia la línea 1, aunque los usuarios dijeron que la situación no había cambiado y se quejaron de retrasos para llegar a sus trabajos por la marcha lenta y la tardanza de los trenes, como el caso de un señor que venía de Chalco, estado de México, y que llevaba 20 minutos de demora: Ya llegué tarde al trabajo, aquí nada cambia, todo sigue igual.

Otros comentaron que el servicio estaba igual o peor, y expresaron que la manera en que se podía solucionar este problema de congestión es que una vez que llegara el tren y cargara se retirara de inmediato y no que se tarde porque llega más gente.

La reanudación de clases en escuelas públicas y privadas de todos los niveles fue uno de los factores que causó mayor afluencia, ya que la semana pasada el flujo de pasajeros disminuyó por la contingencia ambiental, pero ayer se observaron a madres con sus hijos.

En tanto, en la línea A había personal con megáfonos que daba indicaciones sobre cómo distribuirse a lo largo del anden, mientras los demás usuarios esperaban su turno parados detrás de las rejas, las cuales se colocan cuando ya no hay espacio el pasillo de abordar.

Debido al sobrecupo y la marcha lenta de los trenes, cuya circulación duraba hasta 5 minutos entre cada estación, el calor se volvía asfixiante; en los pasillos se podía escuchar ¡ya no cabemos¡ ¡Ya no suban, hace mucho calor!, y el descenso resultaba un verdadero calvario: ¡Déjenme salir, por favor!

Ya pasadas las 10 de la mañana la afluencia se mantenía de forma considerable, la gente ya más desesperada se aventaba y hasta peleaba por ingresar a un vagón.

En la línea 5, que corre al Politécnico, el acceso de los pasajeros fue un poco más fluido, así como la circulación de trenes en donde para abordar uno no pasaban más de 10 minutos de espera.

A diferencia de Pantitlán, en la estación Pino Suárez, línea 2 dirección hacia Taxqueña, se observó en el área de andenes al menos a tres policías bancarios que apoyaban a los pasajeros.