Los efectos nocivos, agudos y crónicos de la contaminación atmosférica pueden afectar la salud de la población aun después de concluir las contingencias ambientales. Las secuelas no siempre se dan de forma inmediata, afirmó Patricia Sierra Vargas, subdirectora de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

El ardor en ojos y garganta, congestión de vías respiratorias, e incluso crisis asmáticas, pueden presentarse entre tres y cinco días después de la exposición. En entrevista con La Jornada, alertó que no sólo son vulnerables los pacientes con antecedentes de enfermedades respiratorias, también quienes tienen padecimientos cardiovasculares, presión arterial alta, obesidad y tabaquismo.

Explicó que los efectos agudos de la contaminación atmosférica “los hemos sentido todos durante estos días. Ardor de garganta y ojos, resequedad, e incluso sangrado en la nariz, así como cierta sensación de irritación en la piel; mientras los efectos agudos se presentan en población con enfermedades respiratorias, pero también se tienen efectos crónicos que se manifiestan de forma más tardía –meses o años– relacionados con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer”.

Sierra Vargas destacó también que en el monitoreo diario de casos en el INER no se había reportado incremento de consultas en días recientes, pero advirtió: Podemos esperar que esto suceda a partir de la próxima semana, pues muchas veces los efectos no se presentan de forma inmediata, además de que al INER llegan los casos más difíciles, canalizados por otras instituciones de salud.

Agregó que estudios a nivel nacional señalan que hay un periodo de hasta tres días de desfase entre la exposición y la presentación de síntomas, por lo que insistió en que las personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares deben estar muy atentas de cualquier síntoma y acudir al médico de forma inmediata si se han tenido que subir la dosis de su medicamento o tienen que tomarlo con mayor frecuencia, pues se deben prevenir crisis graves que pueden poner en riesgo la vida del paciente.

La especialista recomendó que en casa se mantengan puertas y ventanas cerradas, así como limitar actividades de limpieza que generen polvo como barrer o sacudir, por lo que sugirió usar paños mojados para limpiar las áreas del hogar, sin remover en la atmósfera partículas contaminantes.