Surge movimiento ecológico
ola amarillaen Francia
Domingo 19 de mayo de 2019, p. 22
París. Pese a la disminución de participantes en sus últimas convocatorias y a días de las elecciones europeas, el núcleo más duro de los chalecos amarillos se manifestó ayer por 27 sábado consecutivo, lo que dio continuidad a su inédita movilización social, iniciada hace seis meses contra las medidas económicas y laborales del presidente Emmanuel Macron.
Para esta nueva jornada de protestas se reunieron 15 mil 500 asistentes en Francia, de los que mil 600 protestaron en la capital, reportó el Ministerio del Interior en un comunicado. Pero este recuento fue cuestionado por los organizadores de la pacífica movilización, quienes registraron 41 mil manifestantes.
La semana pasada 18 mil 600 personas marcharon en el país, según el ministerio. Semana tras semana, el movimiento ha perdido fuerza y se encuentra actualmente en su nivel más bajo de convocatoria desde su inicio el 17 de noviembre pasado.
En Reims, noreste del país, unas mil personas, según periodistas, respondieron al llamado nacional
ante la prefectura de la ciudad, tras dos sábados marcados por una merma de la movilización.
Entre mil 300 y mil 400 manifestantes salieron a las calles de Nancy, donde se lanzó un llamado similar, según una estimación de la prefectura. En las (elecciones) europeas todo el mundo votará contra Macron aquí
, aseguró Annie, una inconforme de 62 años.
La movilización iniciada hace seis meses constituyó la peor crisis a la que se ha enfrentado Macron desde su llegada al poder, en mayo de 2017, y coincidió con una fuerte pérdida de popularidad del jefe de Estado francés.
Esta nueva jornada de protestas tuvo lugar a una semana de las elecciones europeas del 26 de mayo, en la que La República en Marcha, encabeza los sondeos, pero casi es empatada con la formación de extrema derecha Agrupación Nacional, de Marine Le Pen.
En este contexto, cientos de personas se manifestaron ayer en París, Toulouse y Burdeos para denunciar las actividades de Bayer-Monsanto y otros gigantes de la industria química, en reclamo de un modelo agrícola diferente.
A orillas del Garona, en Burdeos, casi 200 activistas ambientales se reunieron junto a unas pocas decenas de chalecos amarillos, por la tarde en un clima festivo.
En París, un centenar de personas se concentraron en la Plaza de la República, algunos de ellos disfrazados de abejas o amapolas, así como con pancartas, como una de la organización Greenpeace que reclamaba: Producir con la naturaleza, no contra ella
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