Domingo 19 de mayo de 2019, p. a10
Un festín acústico resultó la celebración de los 45 años de la fundación de Tribu en el Teatro de la Ciudad. El grupo, fundado en 1973, y cientos de seguidores hicieron suyo el recinto de Donceles para ofrecer una muestra de su repertorio, acompañado de invitados musicales.
Espiritualidad y estridencia armónica emanaron del tablado con las interpretaciones del quinteto formado por los virtuosos Agustín Pimentel y Alejandro Méndez –quienes forman el pie veterano–, secundados por David Méndez Rojas, Tenoch Méndez y Atlakamani Méndez –de la joven hornada, no menos talentosa.
La sensibilidad de los pueblos prehispánicos es traída a escena por estos investigadores-ejecutantes-polifónicos, que lo mismo sacan sonidos a las piedras que se esmeran en el huéhuetl o bailan al compás del suave rasguido de las conchas que aprisionan sus talones.
Repertorio con contenido histórico
Conforman el variado repertorio cuadros de los tiempos de las civilizaciones que poblaron la meseta del Anáhuac; épocas más recientes con el país ya segmentado en entidades, como la sierra de Chihuahua, o la marimba al son que hace referencia a la africanidad que nos toca.
Un dueto presenta Socavón y hace alarde de destreza vocal, que, por supuesto, es sonoramente premiada por el público. El grupo infantil Los Rastrillos acompaña otro cuadro. Hay tintes de sicodelia en los coloridos atuendos de los actores de ciertos cuadros.
Los integrantes de Tribu tienen credenciales académicas. Pimentel es odontólogo además de historiador y musicólogo; Alejandro, el otro miembro original, ha escarbado en la historia para recuperar los sonidos quizá monocordes, pero de hondo significado ritual para los ancestros.
La parte joven ha transitado por la Escuela Nacional de Música, hoy Facultad, de la Universidad Nacional Autónoma de México y tiene, a la vez, sus propios antecedentes en la experimentación sonora, además de aportes en otros rubros con Tribu, como participación en festivales, grabaciones didácticas o para filmaciones.
De los invitados al festejo, Roco Rokote le cantó al Universo.
La banda del Triciclo Rojo, con sus vestimentas que recuerdan la histórica portada del Sgt. Pepper, pasa lista de presentes.
Alfarería sonora en el acariciar de jarrones y viene el colofón cuando Alex Lora y Chela develan la placa conmemorativa con un discordante Que viva el rocanrol
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