Todos los días el paradero del Metro Pantitlán recibe, sólo por las mañanas, a 400 mil personas que deben ser trasladadas hacia el centro de la Ciudad en un periodo de cuatro horas, lo que equivale a desalojar varias veces el Estadio Azteca.

La directora del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, Florencia Serranía, señaló que ante eso, a partir del próximo lunes, se comenzará a regular el flujo de pasajeros con la habilitación de un pasillo para evitar aglomeraciones que han provocado accidentes con los usuarios, pues han caído por las escaleras eléctricas.

Dijo que se trata de la primera fase de un nuevo esquema de movilidad que concluirá con la construcción de un anillo distribuidor de las cuatro líneas del Metro que convergen en esa estación, así como la línea del Mexibús. En la actualidad, ese paradero es uno de los más grandes y complejos de toda la red, pues no tiene una zona de recepción adecuada para la cantidad de gente.

El problema es grande porque cuando se hicieron las líneas fue a destiempo y las estaciones no están vinculadas para el actual flujo de usuarios, la gente sube a la zona conocida como los quesos y al momento de ganar tiempo se forman aglomeraciones.

Explicó que ahora se habilitará una zona para que la gente haga un recorrido corto con el fin de que no llegue directo a la escalera eléctrica, y en caso de que se suscite algún evento que ocasione el retraso del tren no haya ningún riesgo para los usuarios. Vamos hacerla caminar un poquito más, ya lo probamos esta semana y vamos a ver si aguanta el lunes por la mañana.

Falla oportuna

La funcionaria participó ayer, junto con la jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, en la jornada Sábado de tequio en la estación del Metro San Joaquín, de la línea 7, donde quedó evidenciado que las escaleras eléctricas aún no funcionan al ciento por ciento, al fallar justo cuando ascendían por una para salir a la superficie, pues ayer sólo barrieron, cambiaron lámparas y pintaron los accesos.

Ambas escucharon los reclamos de los usuarios que pidieron mayor vigilancia y un mantenimiento permanente, no sólo cuando está presente la mandataria capitalina.