La desaceleración económica del país podría continuar, como en el primer trimestre del año, si se mantiene la política de contención del gasto público, que a su vez ha generado una reducción de los ingresos tributarios, previó el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

En su análisis respecto del comportamiento de la economía mexicana, a partir del reporte enero-marzo enviado por la Secretaría de Hacienda a la cámara, precisó que el gasto neto fue menor al programado en 86 mil 572 millones de pesos, en casi todas las áreas del gobierno federal, excepto Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad, mientras el subejercicio ascendió a 50 mil 324.9 millones.

Además, resaltó que la política de gasto del gobierno federal se ha enfocado en mantener la disciplina fiscal presupuestaria, con objeto de cumplir la meta del balance público.

Para evitar que los egresos sean mayores que los ingresos, refirió, se ha disminuido la discrecionalidad del Ejecutivo en el uso de ingresos excedentes y la racionalización del gasto.

“Sin embargo, la aplicación de esta regla fiscal da lugar a una política de finanzas públicas y efectos procíclicos. Es decir, en una fase en la que se contrae la actividad económica –como actualmente sucede–, los menores ingresos recaudados reducen el espacio fiscal y, por tanto, es necesario contraer el gasto para alcanzar la meta en el balance fiscal”, indicó.

El reporte indica que el gasto neto enero-marzo fue de un billón 345 mil 414 millones de pesos, menor en 86 mil 572 millones a lo programado, menos 6 por ciento, debido principalmente a menores disponibilidades tributarias.

De ese monto, 65 mil 458 millones correspondieron al gasto programable y 21 mil 114 al no programable.

Respecto del gasto programable, el centro de estudios explicó que afectó prácticamente todos los sectores gubernamentales, excepto Pemex y la Comisión Federal de Electricidad.

El IMSS dejó de gastar 20 mil millones de pesos

Dentro de los organismos de control presupuestario directo, casi una tercera parte correspondió al Instituto Mexicano del Seguro Social, que dejó de gastar 20 mil 96.2 millones de pesos.