Jueves 16 de mayo de 2019, p. 2
Europa Press. Aparte de cuánto ejercicio se haga o qué tan equilibrada sea la dieta, controlar el peso está más relacionado con el cerebro de lo que podría pensarse. En un estudio publicado en Journal of Clinical Investigation, científicos del Centro de Investigación del Hospital de la Universidad de Montreal, Canadá, muestran en ratones que la proteína de unión a acil-CoA –o ACBP– tiene influencia directa en las neuronas que permite que roedores y humanos mantengan un peso saludable.
En abril de 2015, Thierry Alquier, investigador de ese centro y autor principal del estudio, ya había revelado, junto con su equipo, que esta misma proteína permitía a los astrocitos, células que soportan las funciones neuronales, comunicar variaciones en los ácidos grasos y los lípidos en la sangre a las neuronas. Gracias a esta información esencial, el cerebro puede ajustar la ingesta de alimentos y el gasto de energía y, en última instancia, controlar el peso de su propietario.
Con colegas del laboratorio NutriNeuro de la Universidad de Burdeos, Francia, mostramos que las neuronas que reducen la ingesta de alimentos, conocidas como neuronas proopiomelanocortinas o neuronas POMC, están en estrecha comunicación con los astrocitos que producen la proteína ACBP en un área específica del cerebro: el núcleo arqueado del hipotálamo
, dice Alquier, profesor asociado de la Universidad de Montreal.
Esencial para el control de la alimentación y el metabolismo, esta área del hipotálamo contiene dos poblaciones de neuronas con funciones opuestas cuando se activan: la primera lleva a un incremento en la ingesta de alimentos; la segunda –las neuronas POMC, comunes en los animales y los seres humanos– promueve una reducción de la ingesta de alimentos y un incremento del gasto de energía.
“Las mutaciones genéticas explican entre 5 y 10 por ciento de los casos de obesidad –dice Alquier–; entre estos casos, una gran proporción está relacionada con una interrupción de esta vía neuronal conocida comúnmente como la de la melanocortina. Observamos que la eliminación del gen ACBP en los astrocitos del núcleo arqueado promueve la obesidad. En ratones que se modificaron genéticamente para ser obesos, vemos en el laboratorio que inyectárselas diariamente reduce la ingesta de alimentos y la pérdida de peso en 5 por ciento durante cinco días, mecanismo que depende de la activación de las neuronas POMC.”
Sin embargo, el investigador advirtió que el estudio está en fase de investigación básica y se llevó a cabo en el laboratorio con ratones.