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Vemos policías sólo en casos extremos

En Cuautepec, balaceras, asaltos y venta de drogas son el pan de cada día: vecinos

Delitos de alto impacto subieron 78% de enero a abril // Después de las 19 horas nadie sale de su casa, por la inseguridad

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▲ Aspecto de la sierra de Guadalupe, en Cuautepec barrio alto y barrio bajo, de la demarcación Gustavo A. Madero.Foto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Jueves 16 de mayo de 2019, p. 30

Como una especie de toque de queda, en los estrechos callejones con pendientes pronunciadas que caracterizan a Cuautepec barrio alto y barrio bajo, en Gustavo A. Madero, a partir de las siete de la noche nadie sale de sus casas ante la inseguridad que se vive.

En la oscuridad, en el laberinto de casas precarias que se fueron extendiendo hacia la cima de la sierra de Guadalupe, se escuchan una tras otra balaceras, detonaciones de metralleta de grupos delictivos que se disputan el territorio.

Estamos en el ojo del huracán; está muy mal aquí pero vemos a la policía sólo en casos extremos, cuando matan a alguien y vienen a levantar el cuerpo, antes no, cuenta una vecina de una de las colonias pertenecientes al sector policiaco Cuautepec, uno de los cinco más conflictivos de la demarcación.

De acuerdo con un diagnóstico realizado por la alcaldía, en el primer cuatrimestre del año 13 delitos de alto impacto –entre ellos robo a transeúnte, a negocio y a casa-habitación– se incrementaron 78 por ciento, en comparación con el año pasado, al pasar de mil 179 a 2 mil 43 las denuncias presentadas.

La situación se vuelve aún más compleja con el auge del narcomenudeo en los pasados 12 años.

En 2006, según registros de la ex Secretaría de Seguridad Pública, se tenían identificados 259 puntos de droga en 98 colonias, de un total de 244. Sin embargo, para 2017 la cifra, de acuerdo con un mapeo de la misma corporación policiaca, había ascendido a mil 800 en 177 colonias, lo que la colocaba en segundo lugar con esta problemática, superada sólo por Iztapalapa.

En las colonias de Cuautepec, donde el gobierno capitalino inició su estrategia de seguridad por cuadrantes, las balaceras, los asaltos y la venta de drogas continúan a la orden del día. De 75 homicidios dolosos cometidos en el primer cuatrimestre, 24 fueron perpetrados en este barrio.

La delincuencia se apoderó del barrio hace años, pero a decir de los vecinos los niveles de violencia se han intensificado a grado tal que el año pasado un autobús fue incendiado con todo y chofer en La Brecha, y el sacerdote Juan Carlos Alatriste, de la parroquia Preciosa Sangre de Cristo, ubicada en la plaza Hidalgo, fue secuestrado.

En la zona de las canteras, sobre la calle Veracruz, en la parte más alta del cerro, justo donde se encuentra una barda que impide que la mancha urbana avance hacia la sierra de Guadalupe, no hay videocámaras de vigilancia, alumbrado público ni presencia de policías. Hasta acá no suben las patrullas, aseguran los pobladores.

Son los límites con el estado de México y es zona de trasiego de drogas y de vehículos robados. En Chalma de Guadalupe, los puntos de venta de enervantes en domicilios están custodiados por grupos de jóvenes no mayores de 20 años, que al paso de algún vehículo voltean a ver con recelo a sus ocupantes.

Con más cuadrantes, pero…

Medio millón de habitantes se concentran en Cuatepec, donde se cuenta con 21 cuadrantes policiacos, el mayor número en la demarcación, pero, paradójicamente, en un recorrido de más de dos horas sólo se observó a dos policías a pie y ni una patrulla.

Sin proteción, los habitantes se ven obligados a resguardarse desde muy temprano en sus hogares. Incluso, en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México recortaron los horarios de clase. Rocío, estudiante de la carrera de Ciencia Política y Administración, contó que anteriormente las clases concluían a las 10 de la noche, pero se canceló la última y el cierre es a la ocho.

Hay ciertas zonas en las que puedes andar hasta la ocho y media, pero da mucho temor andar caminando porque a esa hora ya no pasa ningún transporte público y la única opción son los taxis piratas, relató.

Luchamos contra todo

En la colonia San Felipe de Jesús, la tercera más peligrosa de la demarcación, con 210 carpetas de investigación abiertas en la procuraduría capitalina en los primeros tres meses del año, el escenario no es diferente.

De acuerdo con los habitantes de esta colonia que colinda con Ecatepec, se pasó de los grupitos de jóvenes que se emborrachaban o drogaban en la calle a la disputa con armas de fuego por la venta de droga. Antes se peleaban y siempre había un descalabrado, pero hasta ahí; ahora ya escuchas puros balazos. No sé que tienen los jóvenes; es puro chavito el que anda metido en eso. Yo culpo a los papás porque no son enérgicos, comentó una vecina.

Ahí son los propios vecinos los que se han organizado para contener el consumo de drogas. En un camellón convertido antes en basurero, don Gerardo Lara, boxeador retirado, habilitó un gimnasio al aire libre. Con peras hechas con balones de basquetbol y costales donados que penden de un techo con tubos cubiertos con plástico entrena a niños y jóvenes.

“Aquí tienes que luchar contra todo, con la gente que tira basura, con la gente que roba, que se droga; nosotros somos una familia dedicada al deporte y cuando vienen a pedir ayuda, lo hacemos. Yo soy sincero y les digo: ‘no tengo los conocimientos para sacarte de las drogas, pero límpiate y yo te entreno aquí para que no recaigas’”, expresó.

Los padres de familia que llevan a sus hijos al camellón consideran que las autoridades deben apoyar estas iniciativas, porque de otra manera “cada vez va a estar peor. Aquí los jóvenes no tiene alternativas de nada. No hay ligas de futbol, de beisbol; no hay cines ni centros comerciales, lo más que tenemos son Oxxos”.

Para Martín Barrón Cruz, criminólogo y experto del InstitutoNacional de Ciencias Penales, no se han visto resultados en Gustavo A. Madero ni en el resto de la ciudad en la reducción de los índices delictivos, debido a que, por un lado, la criminalidad estaba al orden del día, pero se ocultaba, pero también a los ajustes naturales en un cambio de administración.

Siempre hay ciertos mandos policiacos que tienen el control de grupos delincuenciales; obviamente, al haber cambios hay un ajuste en cómo se va ejercer ese poder, con el agravante de que el actual jefe policiaco no tiene experiencia en políticas de seguridad. Lo que llegan a decirle lo cree, porque desconoce la dinámica, manifestó.

Apuntó que la estrategia de cuadrantes para reforzar la seguridad, que se retomó del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la capital, tiene sus bondades y desventajas, pero se debe instrumentar de acuerdo con la nueva realidad de la ciudad. Hay un cambio que necesariamente se tiene que analizar para adecuar la estrategia, de lo contrario seguiremos igual, advirtió.