Todos los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos) del país se mantienen en código rojo o alerta máxima desde el pasado 9 de mayo, tras el ataque salvaje a custodios en Morelos, que dejó un saldo de cinco muertos, afirmó Francisco Garduño Yáñez, comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (Oadprs), quien destacó que ayer se localizó una nueva manta con amenazas al personal de un penal en Oaxaca.

En entrevista señaló que hasta nuevo aviso se mantendrá la situación, pues se busca que se resguarden los traslados de los custodios a sus centros de trabajo. Además, vemos legítimas también sus manifestaciones de protesta y una de las primeras cosas que están demandando es seguridad.

El funcionario federal, quien acudió a El Colegio de México (Colmex) en el contexto del Seminario sobre violencia y paz, donde participó en la mesa ¿Tienen remedio las cárceles mexicanas?, reconoció que hay un déficit de custodios, pues indicó que es una profesión de alto riesgo, y ahora ya nadie quiere ser custodio o policía. Indicó que a escala de los Ceferesos sí hay una carencia que se subsana con auxiliares de custodia, porque tenemos una convocatoria permanente (para solicitar custodios), pero de cada diez candidatos sólo cuatro acreditan todas las evaluaciones, incluidas las de confianza. Muchos son rechazados porque no reúnen las condiciones de polígrafo, de situación económica, estuvieron relacionados en alguna averiguación previa o investigación, o que no haya certeza de honorabilidad, y no pasan el examen de confianza, lo que hace que el reclutamiento no sea rápido.

Garduño Yáñez reiteró que existen diversas anomalías en los contratos que se realizaron con las empresas encargadas de atender diversos servicios en los penales federales, pues aseguró que el neoliberalismo llegó hasta la prisión, donde se infantilizó al preso, ya que se le da todo, no trabaja en nada, lo que llevó a contratar servicios para todo, pintarles la celda, limpiarla, lavarle la ropa y darle de comer. Tenemos una empresa que fue contratada para dar 2 mil 500 desayunos, comidas y cenas para igual número de presos, pero sólo hay 600 reclusos, así que estamos buscando entregar esos alimentos a penales estatales”.

Explicó que en agosto próximo se vence el contrato de una empresa que brinda comida y diversos servicios a ocho Ceferesos, por lo que no descartó el volver al anterior modelo, para que los presos puedan trabajar dentro del penal.

En cuanto a la inclusión de nuevos tipos penales en la ley, señaló que es posible que se presente una inflación penitenciaria que podría llegar, en una primera etapa, a una demanda de 5 mil lugares, principalmente por el delito de portación de armas, aunque destacó que se cuenta con 22 mil espacios en los penales federales.