A casi 100 años de su inserción en el ámbito laboral y en movimientos relacionados con la defensoría de sus derechos, en México se reconoce más a la mujer como madre que como trabajadora o proveedora en casa, afirmó Guadalupe Gómez, coordinadora de Difusión en el Centro de Enseñanza para Extranjeros (Cepe) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En el contexto del Día de la Madre, dijo que a pesar de los avances en materia de equidad de género, se mantiene la idea de que además de salir a trabajar, la madre en casa debe fungir como educadora, inculcadora de valores, mantener el hogar unido y lograr que los hijos salgan adelante. Para quitar estas etiquetas queda mucho por hacer.

La universitaria reflexionó sobre las investigaciones que al respecto se han hecho a lo largo de la historia: en realidad son escasas, debería abrirse una nueva línea de estudio.

En Mesoamérica, pueblos del México antiguo tenían un culto a la maternidad vinculado con la fertilidad; luego, con la Conquista, se relacionó con la Virgen de Guadalupe. Este acto, comentó la doctora en historia, es una herencia que se convirtió en una tradición.

En 1922, Rafael Alducín promovió el festejo del Día de la Madre. En ese mismo año se llevó a cabo en Yucatán un movimiento feminista en favor de la planificación familiar y control natal, por la necesidad de reducir el número de hijos para mayor bienestar.