Ana Luisa Izquierdo disertó sobre el conquistador en el coloquio que ayer se inauguró en la UNAM
Martes 7 de mayo de 2019, p. 4
Ante lo ocurrido en la Conquista hace cinco siglos, no debemos opinar cosas extremas o límites, porque a la historia hay que entenderla, no juzgarla, sostiene la investigadora Ana Luisa Izquierdo, quien presentó la ponencia Las armas jurídicas de Hernán Cortés en la jornada inaugural del coloquio 500 años del desembarco de Hernán Cortés 1519-2019.
Organizado por el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el encuentro reunirá esta semana a más de 40 especialistas.
A 500 años de esa expedición a Veracruz ‘‘somos producto de una cultura occidental, ya ni modo. Sería feliz si habláramos lenguas indígenas, me dedico a estudiar a los mayas, pero lo que sucedió ya es historia; hay que entenderla y, sobre todo, conocerla”, reitera Izquierdo en entrevista con La Jornada. Por eso, añade, ‘‘¿quién tendría que pedir perdón y a quién? Isabel la Católica perteneció a una dinastía, Carlos V inauguró otra y ahora gobiernan los Borbones, ni siquiera es la misma línea familiar. Los que hicieron la Conquista fueron los castellanos, y ahora el Estado español no es Castilla, es una serie de entidades. Es importante saberlo.
‘‘La Conquista fue legal conforme al derecho castellano de los españoles, sometían a los indígenas, pero para éstos era una tregua ser sometidos. A Cortés hay que verlo hoy como un hombre de su tiempo: es la época de Maquiavelo, del Renacimiento. Cortés fue un seductor que sedujo al mismo tiempo al poder y a las bases sociales, pues fueron las huestes que lo nombraron capitán para conquistar y poblar las nuevas tierras, cuando no lo nombró Diego de Velázquez.”
Las investigaciones recientes más que reivindicar la imagen de Cortés, la explican, insiste Izquierdo, porque los indígenas ‘‘deben ver a Cortés como alguien que los sometió y los hizo vasallos de la Corona. Sin embargo, en la historia mundial hay muchos casos de las llamadas ‘guerras justas’, que tienen que ver con lo religioso y el tratar de imponer la cultura occidental a otros”. En su ponencia, explicó que hubo muchos resquicios legales que dieron a Cortés la posibilidad de actuar como lo hizo.
El principal motivo de la misión del conquistador, continúa, fue ‘‘ampliar la fe católica, ir a socorrer a la armada de Juan de Grijalva, rescatar a los náufragos, apaciguar a los que derrotaron a Grijalva en la bahía de la Mala Pelea, buscar los secretos de la costa, investigar específicamente su religión y rescatar valores (oro, piedras preciosas, perlas), por lo que no se entendía ninguna otra misión como la que hizo: fundar, poblar y conquistar.
‘‘Por ello las instrucciones que recibió fueron documentos mixtos desde el punto de vista jurídico: delegación de poder de derecho público, por un lado, es decir, nombramiento, y por el otro, un documento de derecho privado, en la forma de un contrato mercantil.”
Explorador y estadista con una visión de futuro
La conferencia inaugural del coloquio estuvo a cargo de la filóloga Ascensión Hernández Triviño, con el tema La figura de Hernán Cortés y la geopolítica del Renacimiento.
En ella explicó que el conquistador fue un explorador, incluso un estadista con una visión de futuro.
Narró que Cortés expresó a Carlos V la idea de igualar su poder al del imperio germano-románico con el que le podían generar las tierras nuevas, tal como lo escribió en su segunda carta de relación: ‘‘Porque he deseado que vuestra alteza supiese las cosas desta tierra que son tantas y tales que como ya en la otra relación escribí, se puede intitular de nuevo emperador de ella y con título y no menos mérito que el de Alemaña, que por la gracia de Dios, Vuestra Sacra Majestad posee”. Para un lector del Renacimiento, consideró Hernández, ‘‘la idea podría parecer atrevida: comparar su civilización con una nueva, lejana y desconocida, pero para un estadista, que sabe que la historia es cambiante e imprevista, la afirmación de Cortés estaba llena de contenido futurista.
‘‘Es impresionante la visión que tuvo de ampliar el mundo des-de México. Si se ve a través de la microhistoria, la Conquista fue terrible, pero a través de la macrohistoria tenemos que todos venimos de conquistas. Al final, se trató de un encontronazo fuerte, una fusión de culturas y personas, así como ha sido siempre la historia del hombre.”
El coloquio sigue hoy en el Instituto de Investigaciones Filológicas a partir de las 10 horas con Aurora Díez-Canedo, Tomás Pérez Suárez, Carlos Conover Blancas, Eduardo Serrato Córdova, María del Carmen Léon, Beatriz Arias Álvarez, Santiago Cortés, Berenice Granados Vázquez y Diego Sheinbaum.