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Desde el otro lado

La elegibilidad, incógnita en la próxima elección

E

s curioso que los tres candidatos que tienen más posibilidades de ganar la elección a la presidencia de Estados Unidos en 2020 sean mayores de 70 años. Curioso, pero no extraño, ya que de acuerdo con el demógrafo William Frey, (Brookings, diciembre2018) el crecimiento poblacional en Estados Unidos es el más bajo desde 1937.

Sanders y Biden son los precandidatos demócratas de más edad entre los 21 que hasta ahora han anunciado sus aspiraciones a la candidatura presidencial por ese partido. En el caso del Partido Republicano, al parecer el único virtual candidato es Donald Trump. En un estudio de la fundación PEW, (agosto 2018) se rebela que en 2016 43 por ciento de electores tenían entre 18 y 49 años, y el 56 por ciento más de 50. Aunque el electorado aumenta en términos absolutos, por diversas razones los de menor edad, particularmente aquellos entre 18 y 25 años, acuden menos a las urnas.

El grupo comprendido entre 18 y 50 años es el que Sanders apuesta a ganar. En cambio, los mayores de 50 años son en términos generales por los que el estatus demócrata considera serán determinantes en la elección de un candidato como Biden. En uno u otro caso, nada es seguro y el factor edad será sólo uno de los que influyan en las decisiones de los electores en 2020. El hecho es que la división en el partido demócrata en cuanto a elegibilidad (el precandidato que tiene mayores posibilidades de ganar la presidencia) es clara.

En un artículo reciente, Paul Krugman (NYT, 12/05/19) descarta el factor elegibilidad ya que es imposible de predecir. Asegura que el verdadero problema será posterior a la elección debido al enfrentamiento con una pared republicana que hará todo lo posible por boicotear un gobierno demócrata. Biden, con su carácter afable y su intención de acercarse a los republicanos en la búsqueda de compromisos para un gobierno bipartidista, pretende reeditar un pasado que ya se demostró inviable. Tendría los mismos problemas de Obama cuando intentó establecer acuerdos con los republicanos que en última instancia sistemáticamente los rompieron. Sanders, por su lado, vive en un futuro imaginario pensando que una gigantesca ola popular limpiará todos los obstáculos para gobernar, concluye Krugman.

En cualquier caso, la posibilidad de un futuro gobierno navegando en aguas tranquilas, bien sea que Sanders, Biden o cualquier otro demócrata llegue a la presidencia, puede ser sólo una quimera.