Distinto jaripeo // Reforma laboral (y sindical) // Jara, Oaxaca, Monreal // Larrea, Napoleón y Pasta de Conchos
nunca más en este gremio vamos a callar la voz ni a permitir que nos mande callar nadie.Foto La Jornada
rimer primero de mayo de la llamada Cuarta Transformación. Aparición triunfal del líder proletario de temporada, Napoleón Gómez Urrutia, al frente de su creación sindicalista de corte internacional. Aún oficialmente no aceptada, casi en condición de tolerada, Elba Esther Gordillo mostró poder de convocatoria gastronómica mediante una sesión con miles de profesores. Receptor de abiertas mentadas de madre de parte de un segmento del respetable público obrero, el dirigente cetemista Carlos Aceves del Olmo amenazó con pararse de su silla de ruedas para partirle la cara a quien de entre la multitud pudiera corresponder. Los viejos y los nuevos jinetes del sindicalismo se exhibieron en jaripeo distinto, sentados a comer con el Presidente de la República de los nuevos estilos, los nuevos aires y las nuevas tablas de la legalidad laboral, recién entregadas a Palacio Nacional por los comisionados legislativos que en el mismo día de descanso obligatorio recibieron fotografiadas felicitaciones personales del máximo jefe 4T que así agradeció los buenos servicios de sus operadores camarales, Mario Delgado y Ricardo Monreal, pastores subrogados de San Lázaro y el Senado, respectivamente.
El presidente de la República tiene en sus haberes del día la ya referida reforma laboral, que permitirá una recomposición administrativa y judicial de las relaciones obrero-patronales y, además, aportará al obradorismo, experto y adicto a las contiendas electorales, un enorme rompecabezas nacional para ir acomodando, promoviendo o rechazando a las nuevas piezas de la nueva clase política sindical.
Pero no tuvo el tabasqueño uno de los trofeos esperados, el de la reforma educativa redondamente aprobada en los procesos legislativos. Incidentes de última hora dejaron a la maquinaria senatorial morenista en condición de ya merito
, pues faltó el voto de uno de esos padres de la patria para completar el número mágico de sufragios que requieren las modificaciones educativas en cuanto significan reformas a la Constitución.
No fue el único voto morenista ausente pero sí el más notable: Salomón Jara votó en lo general en favor de la reforma educativa, pero ya no se quedó a la hora del sufragio en lo particular. Ha explicado que un asunto familiar (un accidente automovilístico de una hija) le obligó a dejar presurosamente el recinto legislativo. Pero las especulaciones se multiplicaron: oaxaqueño, acogido en estas horas al monrealismo (como lo ha estado a otros ismos
en otras ocasiones) y precandidato a gobernador al que no convendría confrontarse con el profesorado de su entidad, Jara impidió que Morena tuviera mayoría calificada y obligó a que se buscara un camino alterno que consistirá en la inclusión del tema educativo en un periodo extraordinario de sesiones a realizarse en el curso del presente mes.
Otro personaje que no estuvo a la hora adecuada fue el empresario Germán Larrea, dueño del Grupo México y uno de los hombres más ricos del país. Según explicó ayer el presidente López Obrador en su conferencia mañanera, él buscó a Larrea para hablar, pero éste se encuentra fuera del país. Con él o sin él, dijo AMLO en un fraseo muy significativo, se buscará recuperar los restos de los trabajadores sepultados en febrero de 2006 en la mina coahuilense de Pasta de Conchos.
AMLO mantuvo durante muchos años una confrontación directa con Larrea, al considerarlo parte destacada de la mafia del poder
. Pero, en particular, el dirigente sindical minero, Napoleón Gómez Urrutia, ha sostenido una ácida pelea con Larrea, a quien responsabiliza de presiones y maniobras que le habrían obligado a dejar México y trasladarse a Canadá para despachar desde allá. El tiempo de la revancha de Napoleón junior parece haber llegado. Altos funcionarios de la 4T han negociado con familiares y representantes de los mineros caídos en Pasta de Conchos que en el intento de rescate de los restos no participen Larrea ni sus empresas ni Gómez Urrutia y su sindicato, aunque la decisión final sobre estas exclusiones será presentada a AMLO para que resuelva.
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