Fue un hombre con limitaciones, aunque rompió con su época, sostiene el director de la Pinacoteca Ambrosiana
Jueves 2 de mayo de 2019, p. 4
Milán. La abundancia de actos dedicados a Leonardo da Vinci en Italia y Europa durante 2019, por su quinto centenario luctuoso que hoy se cumple (murió en Amboise (Valle del Loira, Francia), recuerda más que una pérdida, una apoteosis. La idolatría por el artista en nuestro tiempo, lo ha vueltoinmortal.
Da Vinci vivió en Milán 18 años al servicio de Ludovico el Moro (1482-1499) en un momento de esplendor de esa ciudad. En conversación con La Jornada, monseñor Alberto Rocca, director de la Pinacoteca Ambrosiana, que conserva El músico, recuerda cómo ‘‘varios lugares en Milán contienen su memoria como: la iglesia de Santa Maria delle Grazie (Última Cena), El Castillo Sforzesco (sala delle Asse), la viña, la Biblioteca Trivulziana (Libreta de apuntes).
‘‘El Códice Atlántico conservado en ese recinto representa el mayor número de obras autógrafas de Leonardo en el mundo”. Está compuesta por mil 119 hojas proveniente de su libreta de apuntes que registran desde su juventud en Florencia hasta la vejez en Francia.
–¿Cuál es el contenido del Códice Atlántico?
–Contiene escritos que han sido fundamentales para reconstruir el pensamiento de Leonardo. Están relacionados en su mayoría con las artes mecánicas y sus aplicaciones: la hidráulica, el estudio de la óptica, del vuelo. Existen también folios que recrean su vida cotidiana, por ejemplo, una lista de la compra y otra de sus libros. Tiene además abundantes dibujos: algunos muy acabados, otros bosquejos o dibujos pequeños pero sorprendentes como el buzo o el hombre con paracaídas. Leonardo era un grafómano, llevaba siempre su libreta consigo.
Escritos esenciales alusivos al pensamiento del artista
–¿Cómo llegó el Códice Atlántico a la Biblioteca Ambrosiana?
–Después de la muerte de Francesco Melzi, a quien Leonardo había heredado todos sus manuscritos y dibujos, se dispersaron. El escultor Pompeo Leoni recopiló la mayoría y creó dos colecciones: una de dibujos de anatomía y la otra es el Códice Atlántico (así llamado desde finales del siglo XVIII). La primera fue adquirida por el rey de Inglaterra. La segunda fue ofrecida a los intermediarios de Felipe IV de España, que lo rehusaron. Gracias a eso el códice regresó a Milán, adquirido por el conde Galeazzo Arconati, quien lo donó en 1637 a la Biblioteca Ambrosiana, rechazando la gran suma de dinero que el rey de Inglaterra le había ofrecido por él.
–¿Qué influencia tuvieron los estudios de Leonardo en su tiempo?
–Muy poca. Por ser hijo ilegítimo no pudo acceder a una educación formal ni aprender latín, lo cual fue una enorme restricción. Pacioli, por ejemplo, le enseñó la matemática aquí en Milán. Leonardo no perteneció a los circuitos universitarios, por lo que sus ideas no circularon. Además, la falta de tecnología impidió realizar sus inventos. Su influencia está relacionada con su herencia tangible, como sucedió con la pintura o con los aparatos defensivos como murallas o torres. Da Vinci fue descubierto hasta el siglo XIX y hoy no existe aspecto suyo que se desconozca.
Cuatro exposiciones temáticas en Milán
–¿Fue un genio absoluto?
–Creo que decirlo así es simplificador, como es señalar que inventó el automóvil, el helicóptero o el submarino. En muchos aspectos fue un hombre de su tiempo, con sus limitaciones. En otros, rompió con su época empezando porque cuestionó la ciencia de sus antepasados y basó sus estudios en la observación, principios que constituyen la base de la ciencia moderna.
La Pinacoteca Ambrosiana exhibe a lo largo de este año 46 folios, divididos en cuatro exposiciones temáticas. La segunda, que concluirá el 16 de junio, es una selecciónde los más acabados del CódiceAtlántico y representan máquinas de ingeniería civil.
Además de innumerables actos en Italia y Francia, Reino Unido lo recuerda con 12 exposiciones simultáneas que idealmente completan las dos colecciones creadas por Leoni; la de la Ambrosiana y ésta. En cada una será mostrada una selección de 12 dibujos de anatomía de entre los 500 que forman la Royal Collection de Reino Unido adquirida con gran probabilidad por el rey Carlos II hacia 1620 (la primera noticia del álbum es de 1690).
La Biblioteca Ambrosiana, una de la más antiguas de Europa, citada por Galileo Galilei como l’eroica et immortal libreria, fue fundada por el arzobispo de Milán, Federico Borromeo, en 1609. Era parte integrante de una institución colegial universitaria que contaba con su propio cuerpo de doctores y una pinacoteca. Conserva obras centrales de artistas como Botticelli, Caravaggio, Tiziano y el célebre Cartón que Rafael realizó (apenas restaurado), para el fresco de La Escuela de Atenas de las Stanza della Segnatura en el Vaticano.
